No hay duda de que así será el futuro. Iremos por la calle y veremos lo que ahora nos parecen extraños dispositivos. Auténticas placas solares autónomas que estarán abasteciendo de energía nuestras ciudades. Energía limpia e ilimitada. Lo mejor de todo es que este escenario futurista está inspirado en una flor.

Como los girasoles

Porque nada puede superar a la evolución. Por ejemplo, la que ha sido necesaria para crear el girasol. Esa flor que se retuerce cada día persiguiendo al Sol y que de noche se adormece para volver a repetir el ciclo cada día. Los encargados de darle el nombre no se han andado con rodeos. Smartflower es eso. Una flor inteligente que cada día se abre con la salida del sol. Sus placas fotovoltaicas apuntan al astro y mantienen su rastro hasta que se pone. Entonces se repliega sobre sí misma. Y lo mismo puede hacer cuando las condiciones de lluvia o vientos son desfavorables y podrían dañarla.

6.000kWh al año

Lo mejor de Smartflower POP según sus constructores es que permite su instalación en cualquier entornos, incluso en el doméstico. Y presenta una gran capacidad de generar energía. Hasta dos veces superior a las actuales placas fotovoltaicas que se instalan en los tejados de las casas. Parte de su secreto es el diseño en flor. Su capacidad para orientarse y recoger energía durante todo el día. También las propias células que cuentas con las últimas innovaciones en un sector en constante crecimiento y modernización. En la actualidad, cada flor permite abastecer un hogar pues genera más de 6.000 kWh hora al año, cuando los requerimientos medios de un hogar europeo rondan los 4.000 kWh al año.