Una de las cosas que acostumbro a hacer es acumular listas, en su mayoría mentales, de un montón de tópicos diferentes: cosas que hacer, cosas qué quiero hacer, compras y, también, cosas más abstractas: qué me ha hecho feliz, qué expectativas tengo y, en el caso de hoy, qué he aprendido esta semana. No es como si esta semana haya sido especial (bueno, tal vez un poco sí, pero eso es secreto profesional) pero siempre aprendemos nuevas cosas, aunque sea pasivamente. A veces, esas enseñanzas resultan sencillas que las infravaloramos. Pero ahí se quedan, añadiendo cimientos en nuestra estructura. Por ejemplo, durante esta última semana de abril yo he aprendido:

1. Dormir solo media hora una noche no está tan mal

Sí, tal vez para eso es mejor no dormir, pero no neguemos la cabezadita que eché a las 7 de lamañana. He llegado a la conclusión, yo, profunda amante del sueño, que hay cosas por las que vale la pena sacrificar incluso tus mecanismos orgánicos básicos. Más tarde, probablemente, preferiras haber colectado esas memorias antes que haber dormido bien esa noche; aunque suene cursi y a la mañana suguiente estés maldiciendo en el trabajo. Pero hay pasiones (personas, arte, proyectos, etc.) a las que vale, y mucho, dedicarles una noche. via GIPHY

2. La histeria fue considerada una enfermedad hasta el 1952... y se curaba con masturbación.

Esta semana he visto una película basada en hechos reales que me ha hecho llorar de la risa, Hysteria (2011). Este film habla de la invención del vibrador (sí, el objeto sexual) y las aplicaciones científicas que se le otorgaban. Resulta que a mediados del s.XIX se extendió la creencia, aceptada como científica, que todo lo que le ocurría a las mujeres provenía de un brote histérico, que se calmaba aplicando un masaje en la zona vaginal, que al no ser mediante penetración masculina no era placentero, así que tampoco pecado (BUENO, DISCUTÁMOSLO). via GIPHY

3. Hubo un hombre lobo en España.

Aunque en realidad se cuestiona si era mujer. Lo ierto es que uno de los asesinos seriales con mayor número de víctimas de España, Manuel Blanco Romasanta, alegaba que mataba a personas para refrenar sus indicios de lupismo. Con la reciente investigación de Laia Alba, fotografa que ha recogido en su fotolibro LOBISMULLER los resultados, se ha podido lanzar la hipótesis que tal vez la condición de Manuel, nacido Manuela, era la de intersexual.

4. Volver a ser un novato en algo es necesario.

Es normal que poco a poco vayamos asentándonos en determinadas aficiones y actividades, en las que nos vamos volviendo mejores y los incluimos en nuestra zona de confort. Pero de vez en cuanto es recomendable destrozarnos el ego, bajar de la facilidad de ya saber perfectamente qué se hace y volver a ser un principiante. Volver a perderse. Volver a saber que no se tiene todo bajo control. Pero, a la vez, cada vez ser mejor en eso de ser principiante: tener menos miedos.

5. No podemos estar por los otros por encima de nosotros mismos.

Es curiso que en un mundo en que todo intelectualoide abandera como individualista una de las cosas que más nos cuestan es aceptar que no podemos estar cendiendo nuestra energía y nuestra atención a los otros cuando los cuidados los necesitamos, primero, nostros mismos. No es egoísta pararse a quererse por encima de cualquiera de vez en cuanto, es más, es necesario. Es un acto de amor. La carrera, estudiantil o profesional, los amigos y otra gente querida son importantes, pero escucharse a uno mismo debería ser la primera actividad del día. [caption id="attachment_10268" align="alignnone" width="461"] http://amelia-rayshen.tumblr.com/[/caption] Y tú, ¿qué has aprendido? Imagen de Pixabay en CC