El 31 de agosto era el último día en el que podías solicitar bajar tus fotografías de esa red social que usaste en tu adolescencia, antes de pasarte indefinidamente a Facebook. Es decir, Tuenti. Sí, la de la carita guiñando. Sí, la de "vamos a competir por cuántas visitas podemos conseguir en nuestro perfil". Sí, la que nos inició a la mayoría de españoles millennials en el hermoso mundo de "tía, qué fuerte, chat ya". via GIPHY (Quedaos con este GIF, porque viene a ser mi cara todo el rato).

Las fotografías del Tuenti

Yo recuerdo empezar a usar Tuenti cuando los móviles táctiles eran una virguería que raramente se veían. Si queríamos hacernos fotos, teníamos que llevar con nosotros una de esas pequeñas cámaras compactas. La mayor alegría que nos podían dar estas cámaras era el temporizador. Era una época en la que hacerse fotos, solo o en grupo, era un hobby más y las exhibíamos como si tuvieran alguna validez artística. En realidad eran auténtica basura, con perdón. Fue una época oscura en la que realmente creíamos que el flash blanco le favorecía a alguien. Nos hacíamos sesiones que DEDICÁBAMOS a alguien, como muestra de amor. Es que lo pienso y se me cae la cara de vergüenza. Posando delante de la cama para luego poner "Para mi PRIMI / GEME / MEJOR A / diminutivo estúpido + corazón corazón corazón" (os recuerdo que en aquella época los corazones los indicábamos así "(L)"). via GIPHY  

Mi yo adolescente de aquellas fotos

Yo solo tengo una gran pregunta que hacerle a mi padre: ¿Por qué me dejaba salir con esos ojos de mapache? Descargarme las fotos del Tuenti y reencontrarme con mi estilismo adolescente ha sido una autoflagelación que no necesitaba. Definitivamente, la adolescencia es una época en la que buscas tu propia expresión personal y, probablemente, te estés equivocando con todo lo que encuentras. Y Tuenti está ahí para recordarlo. Para decirte "Tú mira, mira, que llevabas chupas todo el día y llevabas esos ojos de mapache y encima te creías súper guays, con esa cara de niña que no te aguantas". Ay señor, qué bien sienta pasar eso y llegar a los 20 para rehacer tu dignidad. via GIPHY Pero no estaba yo sola. Una vez más, os recuerdo que hacerse fotos para Tuenti era una actividad de grupo. Algo más que hacías un viernes por la tarde con tus amigos. CON POSES ESTUDIADAS y gestos determinados. Cada uno en el sitio que le correspondía para salir perfectamente. Fotos tremendamente ridículas que aún nos quedan otros diez años de penitencia para poder reírnos de ellas sin morirnos de vergüenza. En fin, que Tuenti ha muerto y con él se van a la tumba muchas imágenes que podrían ser usadas en nuestra contra. Mejor así. Y pensar que ahora odio las fotos. via GIPHY   Imagen de Tobias Albers-Heinemann para Pixabay en CC