Pero lo malo es que nuestro cerebro si lo interpreta de esta manera. Si tomamos una barrita energética o una bebida de "deportistas" nuestro cerebro lo interpreta como que hemos hecho deporte y eso nos hace relajarnos. En un estudio realizado sobre gente que debería perder peso, antes de hacer deporte, se les dio la opción de tomar unas barritas energéticas con imágenes de deportistas en el packaging. Estas barritas generaron el efecto contrario a lo que se esperaba. Las personas consumieron más calorías de lo esperado y por otro lado se enfrentaron al ejercicio de una forma más relajada (como si ya hubieran hecho parte del trabajo por haber tomado la barrita de deportistas).

Las mentiras del envasado

Todas las etiquetas que podemos ver en el supermercado están diseñadas para que nuestro cerebro reaccione de forma positiva y nos de un aprobado a nuestra acción de comprar ese producto. Esas reacciones positivas los diseñadores de packaging lo saben perfectamente y aplican todas las etiquetas legalmente permitidas (o no :) para generar una reacción positiva. Este tipo de sicología se aplica a todo. En un barrio de Estambul de nuevo desarrollo se pusieron ranas para dar la sensación a los propietarios de las viviendas que vivían cerca de la naturaleza.

El efecto de la música es muy similar

El efecto de la música en nuestro cerebro es muy similar. Una mala comida no se puede esconder, pero una comida regular se puede mejorar con la música adecuada. Música positiva durante la comida hace que nuestro cerebro se active y esté más receptivo a lo que metemos en la boca. Los sonidos más agudos nos despiertan los sabores más dulces. Los sonidos más graves, nos despiertan sabores más amargos.