Puede que no haya nada más molesto. Incluso no pican o muerden. Pero es imposible disfrutar de un día en la naturaleza sin que su presencia nos incomode. Por no hablar de una noche. Que como te duermas en el bosque te vas a levantar devorado por ellos. Los malditos insectos voladores. Ahora, quizá les echemos de menos cuando no estén entre nosotros.

27 años de análisis

Sí, puede sonar a una perspectiva imposible, pero según un estudio reciente no sea tan increíble como pensamos. Ya hemos hablado sobre el alarmante descenso de mariposas y abejas, pero al parecer es una tendencia en todas las especies voladoras. Así lo anuncia un informe realizado por el equipo del entomólogo Caspar Hallman. Y no ha sido una investigación fugaz o apresurada. El equipo lleva 27 años analizando decenas de áreas protegidas de Alemania y estudiando la cantidad de biomasa acumulada en estas zonas. Y las conclusiones son alarmantes. En estas áreas ha desaparecido hasta el 75% de esta biomasa en este tiempo.

Problemas para la polinización

Según Hallman se trata de un descenso mucho más acusado del que ellos mismos habían vaticinado. Para contrastar las observaciones diseñaron un sistema de trampas con las que capturar insectos voladores. En la mitad del verano pasado, el descenso fue incluso mayor, llegando hasta el 82%. No es una cuestión de que ahora nuestros picnics sean más cómodos y placenteros. No hay que perder de vista que estos pequeños animales son los responsables del 80% de la polinización en todo el planeta y el 60% de la dieta de los pájaros de menor tamaño. Otro asunto será la explicación científica del fenómeno. No se puede atribuir a los sospechosos habituales. Al menos no solo se pueden explicar por el abuso de mestizadas o usos del suelo. Dado que este descenso parece ser global, los autores creen que habrá que investigar factores globales como las alteraciones climáticas para encontrar las causas de esta desaparición.