Algunas veces no nos queda más remedio que llevarnos las manos a la cabeza. Que invirtamos tiempo, dinero y esfuerzos en desmontar conspiranoias es simplemente delirante. Lo normal sería darse media vuelta con una media sonrisa. Pro no. Nos empeñamos en seguir la corriente a gente que lo que quiere es exactamente eso. Si no cómo puede calificarse una investigación científica que busca certificar si existe o no el Abominable Hombre de las Nieves. Que un grupo de expertos, con sus batas y todo, se pongan a recoger lo que aseguran algunos que son muestras biológicas del Yeti ya es raro. Pero que cojan esas muestras, se encierren en un laboratorio y se ponga a analizarlas ya es para analizar la mente de estos científicos. Es en lo que han andado entretenidos los científicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Búfalo en Estados Unidos. Huesos, piel, pelo e incluso heces de supuestos Yetis pasaron por sus microscopios y otros sofisticados aparatos de pruebas. Estos rastros habían sido recogidos en diferentes puntos de Nepal y el Tíbet por personas que aseguraban que pertenecían a ese extraño ser antropomorfo y peludo que dicen recorre la zona. De todas las pruebas realizadas la más determinante fue el análisis del ADN. Increíblemente, resultó que todas las muestras arrojaron el mismo resultado. Los restos pertenecían a diferentes especies de osos locales. Si confundir al Yeti con un oso ya es delirante, una de las muestras resultó pertenecer a un perro. Nunca hay que subestimar la capacidad de sugestión de los individuos. Los científicos, para terminar de rematarlo, aseguran que es la investigación más ambiciosa y definitiva sobre la existencia del Abominable Hombre de las Nieves. Aunque mejor hubiera sido que dijeran la no existencia del ser. E incluso mejor que hubieran dedicado sus esfuerzos a algo más provechoso.