Reza un viejo dicho que tengas muchos cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se haga realidad. Todos deseamos disfrutar del silencio. En la vida ajetreada y ruidosa que llevamos en las ciudades, nos maravilla cuando vamos a un bosque o un pequeño pueblo en el que reina la paz. En el que no se oye nada, excepto, como solemos decir nuestros pensamientos.

La habitación del silencio

Pero eso fuera cierta. Si no oyéramos nada de nada, nos volveríamos locos. Es lo que ha demostrado el último invento de Microsoft. No, no es un nuevo sistema operativo o un nuevos dispositivo. Se trata de una habitación anecoica. Una habitación anecoica es eso que hemos visto tantas veces rn películas y vídeo clips. Una estancia a la que se le han colocado en las pareces formas angulosas destinadas a descomponer las ondas sonoras. De esta manera se reduce el sonido. Y la creada por Microsoft en la sede de Redmond es tan eficiente que se come literalmente cualquier ruido. Se trata del lugar más silencioso del planeta. En principio ha sido diseñada para probar equipos. Algo lógico si pensamos en los sonidos de arranque y refrigeración de algunos dispositivos. Pero la habitación ha permitido comprobar alguna cosa más.

Oír el corazón

Nuestro oído, o mejor dicho, nuestro cerebro, está acostumbrado. Aunque pensamos que estamos en el silencio absoluto siempre hay algo que activa nuestros tímpanos. Pero como efectivamente, el silencio sea sepulcral, nuestro cerebro empieza a alucinar. Habituado a interpretar sonidos constantemente, el cerebro comenzará a buscar ruido. Y si no lo encuentra, recurrirá a aquellos sonidos que siempre están ahí, pero que la habituación nos permite obviar. Los sonidos de nuestros propio cuerpo. Nuestra respiración, incluso los latidos del corazón pasarán a primer plano. Y esa es una perspectiva aterradora. No estamos acostumbrados a oír cómo funciona nuestro cuerpo. Según los estudios de los Laboratorios Orfield de Minessota, Estados Unidos, el silencio total genera una tensión en el cerebro al pasar a interpretar como ruidos nuestra propia fisiología. El proceso acaba con la pérdida del control mental y desorientación. En estos ensayos llegaron a la conclusión de que más de 45 minutos en la habitación de Microsoft pueden provocar accesos de demencia.   [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=Cyqc_4ixV80[/embedyt]