Desde sus piedras 4.000 años nos contemplan. Pero después de todo este tiempo siguen manteniendo el mismo misterio que las ha rodeado a los largo de su historia. Las Pirámides de Egipto tienen un hechizo que hace que algunos pienses que las construyeron extraterrestres. Ahora se frotan los ojos.

Una cámara de 30 metros de largo

Porque en el interior de la mayor de las, la de Keops, su interior se ha descubierto una nueva cámara sin explorar. Una cámara enorme en la que cabría un avión comercial. El descubrimiento ha sido realizado por científicos de la Universidad de Nagoya, en Japón. Para alcanzarlo ha utilizado la última tecnología. En concreto, han empleado tomografía de mounes. Y en tres mediciones diferentes el resultado ha sido el mismo. Tras las paredes, entre la cámara del Rey y la de la Reina, hay una enorme cámara de 30 metros de largo y una altura similar a la de la Gran Galería. Pero poco más se puede saber de momento. Porque lo malo de la última tecnología es que te dice que esa cámara está ahí, pero nada más. No se sabe qué contiene o si es producto de algún derrumbe, aunque este último extremo está casi descartado. Tampoco se sabe cómo llegar hasta ella.

Partículas subatómicas

Lo más curioso de todo es que la forma de realizar este descubrimiento tiene cierta relación con el espacio. Como el lugar de que algunos sostienen que provienen los constructores de estas estructuras. Los mounes son partículas subatómicas de alta energía que forman parte de la radiación cósmica. Sirven para detectar huecos porque son capaces de atravesar la materia, pero van perdiendo fuerza en materiales como la roca. Analizando los mounes que se pierden en cada viaje es posible descubrir si hay cavidades ocultas entre las paredes de piedra. Ahora el reto es llegar a la cámara. El primer sistema pensado ha sido el de perforar la roca e introducir un pequeño robot provisto con una cámara.