Una vez en cada 100 años, un descubrimiento obliga a tirar gran parte de los libros de Historia y volver a escribirlos. De momento, los que estén por escribir deberán esperar más de 50 años. Es lo que se estima que tardará la excavación completa de Göbekli Tepe, en Turquía.

Göbekli Tepe, hace 12.000 años

Göbekli Tepe es el último misterio de la Humanidad. Una gran templo, o al menos eso se cree de momento, construido hace nada menos que 12.000 años. Construido por comunidades de cazadores- recolectores. Por comunidades humanas que todavía tardarían 2.000 años más en asentarse y en comenzar a labrar la tierra. Y nada menos que 6.000 años anteriores a las Pirámides. Cada piedra que se levanta del gigantesco complejo obliga a replantarse muchos aspectos que se daban por sentado. El equipo de excavación ha encontrado lo que consideran el hallazgo clave para dilucidar el fundamento de Göbekli Tepe. Se trata de fragmentos de tres cráneos humanos.

Cráneos agujereados

A priori podría parecer un hallazgo normal. Pero una característica lo convierte en relevante. Los tres cráneos presentan orificios realizados con una especie de punzón de piedra. Los expertos aseguran que estos agujeros, efectuados poco después de la muerte del propietario de la calavera, servían para pasar una cuerda que sujetara las mandíbulas del cráneo y colgarlo a modo de elemento votivo. Esto determina lo que han calificado como el primer culto religioso organizado del que se tienen datos. Un culto entorno a la calavera humana. Se trata de la confirmación de un tipo de religión, o de símbolo religioso, que ya se había encontrado en otros yacimientos neolíticos posteriores. Pero lo más importante de este hallazgo es que parece confirmar que la construcción del complejo de Göbekli Tepe tuvo un fundamento religioso. O al menos ritual. Que en efecto, se trata del primer templo construido por el ser humano. Y es más, que la secuencia que hasta ahora se tenía por segura del paso al Neolítico como agricultura-ciudad-templo, debe cambiarse a templo-agricultura-ciudad. Es decir, volver a escribir los libros de Historia.