Venga, vamos a ser sinceros. Todos en alguna ocasión hemos ignorado a quien teníamos delante para enfrascarnos en la observación de nuestro móvil. Da igual que estés con tu pareja, tu familia o los amigos. De pronto Whatsapp o cualquier red social ejerce una atracción irresistible y pasas de tu entorno. Eso tiene un nombre: Phubbing.

Móvil + ignorar

Phubbing es el producto de esa virtud tan anglosajona de inventar términos precisos para los fenómenos que surgen. En esta ocasión es la unión de las palabras phone y snubbing. Es decir, de teléfono e ignorar, pasar de alguien. Pero más allá de eso, el phubbing se está convirtiendo en uno de los problemas sociales de nuestro tiempo: interrumpiendo nuestra vida y erosionando las relaciones sociales y de pareja. Estamos pasando de hablar con la gente cara a cara a despreciarlos para mantener conversación a base de actualizaciones de estatus. Nos interesa más lo que ocurre al otro lado de la línea que lo tenemos delante de los ojos.

Stop Phubbing

La página Stop Phubbing ha lanzado la alarma sobre el fenómeno. Y muestra algunos datos preocupantes. Más de 4.000 millones de personas en el mundo padecen esta plaga. En un restaurante cualquiera, asisten cada día a 36 casos de alguien que ignora a su acompañante para ponerse con el móvil. El 97% de esas personas que padecen a un acompañante descortés afirman que la comida les sabe peor. Y el 87% de los adolescentes admiten preferir comunicarse vía móvil que cara a cara.

Acción contra los adictos

Stop Phubbing no solo muestra datos que reflejan el grado de plaga que está alcanzado el fenómeno. También se ponen manos a la obra para combatirla. Por un lado, ofrecen una especie de intervención. Se trata de completar una plantilla de e-mail y enviársela a esa persona que nos desespera cuando se pasa las horas mirando al móvil delante de nuestra cara. A ver si así reacciona. La otra es hacer escarnio público. Subir una foto de nuestro enfermo de phubbing preferido y compartirla en redes sociales, para que se avergüence de su actitud. Lo más curioso será ver el momento en el que esa persona descubra que padece phubbing… mirando su propio móvil.