Es una especie de arma arrojadiza. Quizá no la hayamos usado tanto en casa, pero sí ha acaparado titulares de periódico, y lo más rompedor: ha sido `trending topic'. Como si eso fuera tan difícil.

Si estuviera en el instituto, sería la reina del baile, y a veces se baila con la más fea. Aporofobia es la palabra del año 2017 para la Fundación del Español Urgente (Fundéu), entidad promovida por la Agencia EFE y BBVA. Es una voz acuñada por la filósofa Adela Cortina en distintos artículos de prensa, en los que ha llamado la atención sobre el hecho de que solemos llamar "xenofobia" o "racismo" al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.

Fundéu ha justificado su decisión afirmando que es una palabra "nacida para cambiar la realidad".

Acaso sea también una reivindicación de la exactitud en una época de imprecisiones en las informaciones que se viralizan en redes sociales.

Popularidad e interés lingüístico

Es el quinto año consecutivo que esta fundación destaca un vocablo por su protagonismo en la actualidad informativa y por su interés desde el punto de vista lingüístico. Elegir la palabra del año es algo que se hace en varios países, como excusa para hablar de ellas. La fundación se dedica todo al año a tratarlas para aconsejar sobre su uso a los usuarios, sobre todo a los periodistas.

En 2013 la elegida fue escrache, en 2014 fue selfi, en 2015 fue refugiado, y en 2016, populismo.

La decisión, como se diría en los Premios Goya, suele estar reñida. Hace unos días, la organización anunciaba como candidatas finalistas a convertirse en esta suerte de miss 2017 del español a las palabras 'bitcóin', 'turismofobia', 'machoexplicación' (una explicación de un hombre a una mujer con condescendencia), 'aporofobia' (odio al pobre), 'aprendibilidad' (procede del vocablo inglés learnability, y se refiere a las aptitudes y actitudes que se precisan para permanecer en continuo aprendizaje en el mercado laboral actual), destripe (lo que habitualmnte llamamos spoiler), 'noticias falsas', 'odiador', 'soñadores', 'superbacteria', 'trans', y 'uberización' (referida al uso del Uber y la economía colaborativa).

El año pasado arrasaban los términos extraídos de la arena política entre los vocablos finalistas. Este año predomina la economía, en particular en relación con el cambio de modelo hacia una economía colaborativa.

Las palabras candidatas deben cumplir varios requisitos

Por una parte, haber estado muy presentes en el debate social y en los medios de comunicación. Por otro, que por su formación, significado o dudas de uso, ofrezcan interés desde el punto de vista lingüístico y hayan sido, por tanto, objeto a lo largo del año de alguna de las recomendaciones que publica diariamente Fundéu BBVA. Finalmente, se intenta que las elegidas sean de uso general en todo el ámbito hispanohablante y no solo en algunas zonas concretas.

El feminismo como impulsor

Distintas iniciativas, valentías y reinvidicaciones han hecho que este año haya marcado un antes y un después a favor del feminismo, acaso por ello se incorpora 'machoexplicación'. Seguramente sea un vocablo habitual entre perfiles de edad más jóvenes.
En Fundéu procuran estar muy atentos a las redes sociales, porque  dan ideas y en ellas el corte de edad es más joven (aunque cada vez mayor), y el futuro del idioma está en los hablantes del mañana.
Por ejemplo, hace años se puso de moda el término bizarro. Aparece en el Diccionario de la Real Academia para definir al valiente o generoso, pero hay toda una generación de gente joven, y hablantes de países de América no tan jóvenes, que entienden esta palabra con el significado de raro o extravagante, por su procedencia del inglés.

Anglicismos forever

“Akbo d ygr a ksa”. ¿Necesita un traductor? Llame al menor de 35 años más próximo. Las abreviaciones o símbolos, especialmente propias de ese lenguaje juvenil, ponen los pelos de punta a muchos puristas de la ortografía preocupados por que puedan empobrecer nuestra expresión escrita, humilde eslabón de la de Lope o Quevedo. Aunque siempre ha habido quien ha escrito mal, pero ahora esto es más visible. El hecho de que mucha gente esté escribiendo de manera pública, hace que se perciba que escribir es importante en la identidad y reputación, pero  seguramente tampoco haya que demonizar los anglicismos, a la larga, también pueden enriquecer la lengua.

Así ha ocurrido con fútbol como evolución de football. Y seguramente por ello, este año Fundeu apuesta por esa variante de fake news que es la locución "noticias falsas" o por "odiador" en lugar de hater.

Velar por el idioma las 24 horas

No se corten en soltar estas alternativas en la cena de Fin de Año, quedarán como los listos de turno. Y ante una duda ortográfica o gramatical, envíen a Fundéu un correo electrónico o un tuit, no tardará en responder con una solución. No se trata de establecer qué está bien ni qué está mal, solo proponer significados y usos de las palabras, abriendo debate.

La RAE es quien acaba incorporando palabras de mucho uso, no se puede modificar el diccionario cada semana.

Ponen nombre, así, a los cambios sociales. Es un eterno debate el de si las palabras cambian la sociedad o reflejan los cambios sociales. Lo segundo ha ocurrido con LGTBfobia, una palabra curiosa porque deriva de unas siglas, que recomendamos al llegarnos dudas de cómo definir algunos casos de agresiones contra este colectivo.

En diciembre de 2017, populismo traspasará el mando a un nuevo vocablo, reflejo, claro, de los próximos acontecimientos. Hasta entonces, que el año nuevo sea de buenos entendedores, sin palabras necias ni oídos sordos.