En los últimos meses hemos conocido las alarmantes noticias sobre la situación extrema de las poblaciones de animales como la jirafa o el orangután. Hace ya tiempo que nos merecemos una buena noticia. Una que nos reconcilie con la capacidad del ser humano para deshacer todo el mal causado. Y si el animal en cuestión es el oso panda, la noticia se transforma en una especie de señal.

De peligro de extinción a vulnerable

El caso es que la Unión Internacional la para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ha decidido sacar al oso panda de la categoría de animal en peligro de extinción. La noticia, siendo buena, muy buena en realidad, hay que tomarla con precaución porque la IUCN ha cambiado la categoría a vulnerable. Es el paso justo anterior al peligro de extinción. Pero es algo. Según esta organización, en la actualidad hay más de 2000 pandas en libertad. Un 10% de ellos son cachorros de corta edad. Esto, en principio, garantizaría la pervivencia de la especie y su aumento de población. Pero es que además el número de pandas ha aumentado. Es la primera vez que sucede desde que se empezaron a cuantificar el número de ejemplares, a mediados de los ochenta.

Ampliación del hábtitat

Un elemento clave en el aumento de los pandas ha sido la mejora en la conservación de sus hábitats. Las autoridades chinas han decidido actuar para salvar a una de sus especies emblemáticas. Así, en los últimos años se han incrementado las hectáreas protegidas en las que vive el animal. También las medidas de reforestación han contribuido a que los pandas dispongan de más espacio en el que moverse y sea más fácil el contacto entre grupos. Y en cuanto a la protección, los responsables chinos no solo se ha dedicado a plantar árboles. También han puesto en marcha una severa política de persecución de la caza furtiva. Se han estipulado penas para los infractores que van desde los 10 años de cárcel y confiscación de todos los bienes hasta la pena de muerte.

El cambio climático

¿El futuro? La misma IUCN llama a continuar con estas políticas. Además, advierte que, según las estimaciones, el cambio climático puede acabar con el 35% del bambú en las áreas de China en las que vive el oso panda. Y este es el principal y, prácticamente, único alimento de esta especie. Pero sin duda se trata de muy buenos datos que, sobre todo, ponen de manifiesto la apuesta del gobierno chino por la protección y conservación de sus riquezas naturales.