Madrugas después de haberte dormido tarde. Cuatro horas de sueño de las que te levantas como si te hubieran dado una paliza. Tratas de prepararte el desayuno pero no das una. Pones la servilleta en la tostadora, la cafetera sin café y acabas echando sal en lugar de azúcar. Lógicamente, lo achacas a la falta de sueño. Y es verdad. Pero lo que en realidad ha sucedido es que tu cerebro se ha devorado a sí mismo.

Limpieza de cerebro

Así dicho asusta. Y no es para menos. Un grupo de neurólogos ha estudiado el comportamiento del cerebro ante la carencia de sueño. Resulta que cuando dormimos, el cerebro aprovecha para hacer las labores de limpieza. Las células gliares se dedican a actividades esenciales como eliminar de la corteza cerebral las toxinas. Unas celulares de este tipo, los astrocitos, se dedican concretamente en eliminar y restablecer conexiones neuronales. Así, cuando uno duerme ocho horas, no digamos si duerme más, se levanta con el cerebro recién limpio. Lustroso. Pero, ¿qué ocurre cuando dormimos menos? ¿Qué sucede cuando solo echamos una cabezadita?

Cerebros de ratón

De nuevo ha sido un grupo de ratones los que han padecido las molestias científicas. Aun grupo se le permitió dormir todo lo que quiso. A otro se le despertó de vez en cuando. Al tercero no se le dejó dormir en cinco días. El resultado fue sorprendente. En los primeros, la actividad de las astrocitos estaba presente en el 6% de la sinapsis. El 8 por ciento en los segundos, . En los últimos, el 13,5 de las conexiones cerebrales tenían presencia de astrocitos. La traducción es que la carencia de sueño dispara la actividad de los astrocitos, de manera que se descontrola su función. Y estos se dedican a desconectar neuronas. Seguro que ahora entiendes lo de la sal en el café. El resultado del estudio puede arrojar luz sobre enfermedades como el Alzheimer y la demencia prematura. De lo que no cabe duda según los estudiosos es que la carencia de sueño “dispara la actividad de las células gliares, sin que se presenten signos de neuroinflamación. Esto significa que no dormir lo suficiente puede predisponer al cerebro a otro tipo de lesiones y patologías”. Una afirmación como para echarse un sueñecito ya mismo.