Estamos asistiendo a la revolución más larga, silenciosa y pacífica de la Historia. Un movimiento que ya va por el siglo y medio de existencia. Que poco a poco va logrando sus objetivos, venciendo la dura y agresiva resistencia que encuentra. Pero al que todavía le quedan muchas etapas. La igualdad de la mujer sigue su camino hasta el triunfo final. Pero hay mujeres que lo tienen todavía más difícil.

Un tutor para las mujeres

Entre todas, quizá las mujeres saudíes sean las que peor lo tienen. Presas de una oligarquía religiosa, su papel está supeditado hasta límites absurdos. En Arabia saudí funciona el sistema de tutelaje. Según esta política, ninguna mujer puede conducir, viajar, hacer deporte o moverse libremente sin la autorización y compañía de un tutor. El tutor puede ser el padre, el marido o incluso el hijo. Así se da la paradoja de que mujeres adultas deben son tuteladas, controladas, por sus hijos.

Un temazo protesta

Las mujeres saudíes han dicho basta. Ya desde hace unos años existe un movimiento Saudi Women Driving en el que las mujeres del país se muestran a sí misma haciendo algo tan radical como conducir. Ahora han dado un paso más allá. Denuncian todo el sistema de tutelaje. Expresan su hartazgo. Exigen ser consideradas ciudadanos. Con todos sus derechos. Y lo hacen de un modo original y muy divertido. Con la canción Hwages que, además, es un temazo. A través de un vídeoclip que va mostrando cada una de las situaciones absurdas a las que se ven sometidas. El clip comienza con tres mujeres sentadas en la parte de atrás de un coche… conducido por un niño. Después se ve a varias mujeres utilizando vehículos alternativos. Patines, skates o triciclos de juguete. Y todo esto veladas por el hijab que les cubre completamente. Mientras que muchos hombres aparecen con ropa occidentalizada.

No es una broma

Sin duda una forma divertida y llamativa de protestar. Y en un país en el que eso no es cualquier cosa. Hace unos días una activista fue detenida y encarcelada. Su delito: atreverse a salir a la calle sin el hijab. Mostrar su cara y su pelo. Como cualquier otro ciudadano de país.