La pasada semana se dio el último caso. El penúltimo queremos decir. Más de 600 ballenas piloto vararon en aguas someras de las costas de Nueva Zelanda. 350 de ellas murieron. El motivo por el que de cuando en cuando, los cetáceos que acercan tanto a las playas que quedan varados es un misterio para los biólogos.

Tormentas solares

Un misterio que la NASA cree haber resuelto. Según la agencia espacial estadounidense, el fenómeno se debe a la influencia del Sol sobre estos animales. Para ser más concreto, las tormentas solares afectan a los campos magnéticos de la Tierra- Las ballenas se guían por este magnetismo en sus largos viajes oceánicos. Así que cuando las cargas eléctricas emitidas por nuestra estrella generan fluctuaciones magnéticas, los cetáceos literalmente se desorientan. La NASA quiere certificar esta idea y para ello ha creado un amplio y experto grupo de trabajo. Junto a ellos trabajarán responsables de la Oficina de Energía Oceánica y el Fondo Internacional para el Bienestar Animal. Entre todos van a reunir y analizar información del mayor número de eventos de este tipo. Luego serán comparados con la actividad solar.

Más ballenas varadas cerca de los polos

Pero ya cuentan con algunos elementos que parecen apuntar a la veracidad de sus teorías. Por ejemplo, los cetáceos parecen más proclives a varar en playas de Nueva Zelanda, Australia, Suráfrica o, por el contrario, en estuarios del norte del planeta. La sospecha es que los animales acaban en estas zonas cuando las tormentas solares provocan las leves alteraciones del campo magnético terrestre. En su camino hacia el norte o el sur, una modificación de esta guía lleva a los animales a seguir una ruta equivocada. Los científicos no tienen duda de que esta es, al menos, parte de la causa de estos accidentes. Pero también los relacionan con otros fenómenos como cambios en la intensidad de las mareas o tormentas cercanas a las costas.