Abrígate, pero deja el paraguas en casa. Este invierno, al menos en unas semanas, no te va a hacer falta. Eso sí, va a hacer un frío que pela. Si quieres echarle la culpa a alguien, la responsable es La Niña.

Invierno en el hemisferio norte

La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (la ya célebre NOAA) de Estados Unidos ha identificado este fenómeno como secuela de El Niño. Según sus científicos y expertos climáticos, La Niña ha comenzado más tarde de lo que suele ser normal y estiman que dejará sentir sus efectos hasta bien entrado el invierno en el hemisferio norte. Según los expertos, el primer síntoma ha sido la temporada extraordinariamente activa de huracanes que sufrimos el pasado mes. La Niña es un fenómeno climático que se produce cuando los vientos alisios son muy fuertes. Eso refuerza la subida de agua fría a las zonas ecuatoriales, lo que hace que la temperatura del océano sea más baja de lo habitual en la zona.

Débil, pero cuidado

Esto altera el equilibrio climático no solo en esa zona. Aunque es imposible determinar los efectos y dónde ocurrirán a largo plazo, sí se sabe que los cambos producen sequías en determinadas zonas y temperatura muy bajas en otras. Sin embargo, los científico son optimistas este año y no esperan que se desencadene un fenómeno muy severo. Creen que La Niña será de intensidad moderada. La aparición en época tan tardía parece reforzar esa hipótesis. Los efectos más probables será un invierno más duro en el norte de Estados Unidos y un significativo descenso de las precipitaciones en la zona ecuatorial de América. Aún así, los climatólogos quieren ser precavidos y advierten que es imposible realizar predicciones con meses de antelación. Otras variables como lo temperatura global, pueden afectar a previsiones realizadas según simulaciones en base a datos históricos.