Has tenido un mal día. El jefe te ha gritado, tu pareja no he recogido el salón y habéis discutido. El metro, un día más, venía hasta arriba. Encima esos pantalones que llevas ya no se llevan. Y la corbata, pues tampoco. Te lo has ganado. Unas compras te vendrán bien. Al fin y al cabo, comprar un poco de ropa nunca ha matado a nadie. ¿O sí?

La revolución en la moda

Pues parece que ser sí. Que la moda está de tras de desastres ambientales, maltrato a trabajadores o opacidad en sus prácticas. Es lo que denuncia la plataforma Fashion Revolution. Desde esta organización defienden que ellos aman la moda. Pero buscan crear un sistema responsable y sostenible. Muy lejos de los parámetros de explotación y consumismo en el que se mueve ahora mismo. Fashion Revolution busca no solo remover la conciencia de los consumidores. También reclaman un cambio de actitud en los productores de la moda. Tanto en los creadores como en las marcas. Unirla en una revolución que transforme radicalmente los procesos de obtención de materias primas, la confección, producción y comercialización.

#whomademyclothes

Con estas premisas han lanzado la campaña #whomademyclothes durante la semana del 24 al 30 de abril. La elección de las fechas no es casual. Se trata del cuarto aniversario de hundimiento de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh. En el derrumbe murieron más de 1.300 trabajadores, explotados en condiciones infrahumanas para coser prendas de las principales marcas del mundo. La idea es que bajo ese hashtag, personas de todo el mundo demanden a las firmas que revelen quién fabrica sus prendas. Y sobre todo, en qué condiciones son elaboradas. En la página web se pueden encontrar gran cantidad de materiales para que cualquier pueda transformarse en un activista. Aunque vista a la última moda.