¿Cómo han aumentado las aves su relativamente escaso número en los orígenes del mundo a los millones de especies que existen en los últimos años? Esta es, según un trabajo de la Universidad de Umea (Suecia) publicado en la revista Ecology Letters, una de las preguntas clave de la ciencia desde hace tiempo. Y una repuesta aproximada, basada en los avances en genómica y bioinformática, podría ser que las zonas climáticamente estables favorecen la evolución de más especies de aves, mientras que las áreas con un clima más variable dificultan su desarrollo. Los avances han permitido que ahora se conozca mucho sobre las relaciones entre las especies y sus orígenes, pero sorprendentemente se sabe poco sobre las condiciones ambientales que permiten que las especies se multipliquen.

Investigaciones en América

Los investigadores, en su análisis, han estudiado los géneros de aves endémicas de América del Norte y América del Sur. Los resultados muestran que los géneros que viven en áreas que habían sido climáticamente estables en los últimos millones de años, han diversificado más las especies de aves que sus géneros hermanos más cercanos que habitan en zonas climáticamente variables, posiblemente, según los autores, porque un clima estable hace que sea más probable que los linajes divergentes persistan sin extinguirse o fusionarse hasta que se completa la especiación.

Menos tolerancia al cambio climático

Con todo, con el calentamiento global, que hace prever que las zonas de alta estabilidad climática se calienten menos que el promedio, las especies de zonas climáticamente estables podrían ser menos tolerantes a las nuevas condiciones del clima. Además, añaden los autores, la mayoría de los ecosistemas están ahora dominados por el uso humano, lo que dificulta que las especies ajusten sus rangos geográficos para acoplarse al calentamiento global.