Hay algunos tipos de juguetes que han sobrevivido a la ola de la digitalización. Mientras que algunos entretenimientos ha sido arrasados hasta el punto que los niños, hoy, no saben ni utilizarlos, los bloques de construcciones de Lego se mantienen en buena forma.

En Dinamarca

A finales del pasado mes, la compañía abrió su parque temático en la localidad danesa de Billund. Fiel a la filosofía del juego, no es un parque propiamente dicho. Es más bien una casa, la Lego House. Un edificio que muy bien se podría haber construido con las piezas del juego. Los responsables del centro esperan que esta nueva atracción sea mucho más que una imagen de su marca. Esperan que, en su interior, se despierte la curiosidad y la creatividad de los visitantes, tanto niños como pequeños. Porque puede que parte de que se mantenga en boga es que es un juego que une a varias generaciones.

Cuatro zonas educativas

El complejo está dividido en cuatro zonas, lógicamente designadas con los cuatro vivos colores principales de los bloques. Y también cuenta con un museo galería en el que se exhiben obras realizas por fans de la marca que han llevado las construcciones mucho más allá de lo que dicen los libros de instrucciones de los packs. Pero el enfoque principal es a desarrollar lo que en la compañía llaman “Aprendizaje a través del juego”. En cada área se busca estimular distintas habilidades entre los visitantes. La Zona Roja es el espacio para dar rienda suelta a la creatividad. La Azul pretende potenciar las capacidades cognitivas. En la Amarilla, las emociones son el vehículo de expresión. Y la Zona Verde es la dedicada a las relaciones, a los juegos orientados a las relaciones sociales entre los visitantes. Por último, en las zonas exteriores alrededor de la casa los niños pueden dar rienda suelta a su energía a través de juegos físicos y que modelarán sus capacidades espaciales.