Más noticias apasionantes sobre la Inteligencia Artificial. A este paso, como ya suponíamos, la realidad va a dejar en pañales a la ciencia-ficción. O en el peor de los casos, acabaremos deseando que las cosas fueran como en los libros y películas fantásticas. Si el otro día era Facebook quien nos advertía que las máquinas estaban creando su propio lenguaje, ahora es Google las que nos da un susto. Resulta que sus computadoras de inteligencia artificial se vuelve altamente agresivas en situaciones de estrés.

DeepMind aprende

Y no estamos hablando de una máquina cualquiera. La que se pone de mal carácter cuando se estresa es nada menos que DeepMind. Para hacer el cuento corto, DeepMind es el software que ganó al campeón mundial de Go, el juego chino al lado del cual el ajedrez es parecido al parchís. Este máquina venció al mejor jugador a base de aprender y repetir jugadas sin descanso durante días. Obviamente, las máquina no requieren descanso, y el software aprovechó esa ventaja. Mientras el campeón dormía, el ordenador entrenaba. Ahora en Google están entrenado a DeepMind para actividades más mundanas como los juegos de plataformas con cierto ahora ochentero. Lo que pretender comprobar es cómo se comporta en colaboración o competición con otras máquinas.

La inteligencia artificial se pone borde

Y los resultados no están siendo del todo agradables. El juego consistía en recolectar manzanas virtuales. Según la partida avanza, las dos máquinas en competición desarrollan estrategias cada vez más agresivas para lograr la victoria. Estas estrategias incluyen disparar láser virtuales a su oponente no para sumar puntos. Simplemente para dejarle fuera de combate y tener el camino despejado. Es decir, la inteligencia artificial ha aprendido tácticas que no tienen que ver directamente con el juego, sino con la forma de ganar. Y para ello, no repara en los medio. Las máquinas no descansan. Ni tampoco parece que tenga pensamientos morales.