Estamos hartos de oírlo. Y hartos no quiere decir que lo oigamos mucho, que también. Estamos cansado de escuchar que las niñas son más débiles y tienen menos resistencia. Que el fútbol es cosa de niños. Y no es que solo las más mínimas normas de lucha por la igualdad nos desaconsejen hablar así. Es que encima, no es cierto.

Las niñas del AEM, campeonas

Y para demostrarlos están las chicas del equipo de fútbol del AEM, en la ciudad española de Lleida. Estas niñas no es que hayan ganado un partido a un equipo de chavales. Es que les han ganado una Liga entera a otros 23 equipos formados íntegramente por niños. Bueno, para ser del todo certeros hay que decir que uno de los equipos, el Linyola, también cuenta con una niña en su plantel. El AEM ganó la Liga como lo hacen los grandes. A falta de cuatro jornadas para la conclusión y dando emoción en el último partido. A falta de un minuto, el marcador mostraba empate. Fue entonces cuando Alba Caño lanzó una falta que clavó en la escuadra. La victoria en ese encuentro significaba alzarse con el título de su grupo en la Segunda División infantil de Cataluña.

Infraestruturas adecuadas

El equipo está formado por niñas de entre 12 y 14 años. Son chicas que disfrutan de las infraestructuras adecuadas que la agrupación deportiva pone a su disposición. Campos de entrenamiento, entrenadores titulados y algo tan sencillo como un vestuario propio. Parece una nimiedad, pero muchos equipos femeninos no acaban de funcionar porque sus integrantes han de esperar o disgregarse por distintas zonas para algo tan simple como calzarse las botas de fútbol o ducharse. Y así es más difícil entrenar. Solo así pueden conseguirse estos resultados. Como ganar 19 partidos, empatar dos y perder solo uno. Su entrenador destaca que las batallas físicas que pierden en la cancha, las ganan con inteligencia y técnica. Y es que pensar que una chica no puede jugar al fútbol por ser chica es como pensar que Messi no puede destacar por medir 1,65. Absurdo.