Qué obsesión. No paramos de dar la tabarra con encontrar vida en otros planetas. Parece que sería un consuelo para lo que estamos haciendo en este, que sí tiene vida. Aunque como dijo Einstein está por ver si inteligente. El caso es que cada vez nos conformamos con menos. Ya no alienígenas con los que podamos entendernos. Ya nos valen microorganismos. En Encelado parece que los hemos encontrado.

Ya está la NASA llamando la atención

O eso dice la NASA, que ya hemos hablado que son un poco attention bandits (que es como en inglés llaman a los que tratan de llamar la atención a toda costa). El caso es que ya se sospechaba desde hace tiempo. Y todo se basa en una contradictoria circunstancia. Encelado es una enorme bola de hielo que gira alrededor de Saturno. Parece que en algunas zonas de varios kilómetros de espesor. Pero bajo esa placa de hielo, en Encelado hay una frenética actividad geotérmica. El corazón del planeta bulle. Es la consecuencia de la gran influencia de la gravedad del planeta anillado. En su ir y venir, la gravedad mueve la superficie de Encelado como si fuera de goma. Y eso genera un enorme calor.

El chorrazo de Encédalo

Y así, de vez en cuando, un gran chorro de vapor se escapa entre el hielo. Un chorro que contiene moléculas de hidrógeno y dióxido de carbono. Así lo ha determinado el análisis de la sonda Cassini. La tienen por allí dando vueltas desde hace dos años. A 19.000 kilómetros por hora hizo una pasada por las nubes del satélite y le dio tiempo hasta a tomar datos. La creencia de que en Encédalo puede haber vida es la extrapolación de lo que sucede en la Tierra. Que puede ser que estemos investigando planetas lejanos, pero nuestra cabeza sigue aquí. Y como en la tierra, las chimeneas termales, más o menos similares a lo que sucede en Encelado, albergan grandes colonias de bacterias, pues allí puede suceder lo mismo. Y se ha encontrado otro factor que puede ser clave: metano. Este hidrocarburo es uno de los elementos de desecho de los organismos vivos (no preguntéis de qué tipo de desecho). Así que todo parece indicar que puede haber vida. Y decimos puede porque Cassini no pilló ni un triste microorganismo unicelular. Ni un flagelo. Nada de nada. También es cierto que a semejante velocidad ya habría sido casualidad. Pero la perspectiva va a poner como motos a los científicos de la NASA: Ya tienen excusa para buscar nueva financiación.