En la zona del Lago Turkana de Kenia, le das una patada a una piedra y cambias el curso de la historia. O más bien, redefines el proceso que llevó desde aquel mono primigenio hasta los humanos actuales. En el área donde más y más importantes descubrimientos paleoantropológicos se han realizado. Y ahora llega el último.

Un pequeño de un año

Los expertos creen haber descubierto el cráneo de la última especie que monos y humanos tenemos en común. Se trata de una pequeña pieza, correspondiente a una criatura de poco más de un año. El pequeño ha sido bautizado como Alesi (que en la lengua local significa ancestro). Es el único ejemplo hallado hasta la fecha que puede fecharse hace entre 17 y 7 millones de años. A parte de un excepcionalidad, el valor del este cráneo es lo que ha revelado el análisis. Sus similitudes con los primates de menor tamaño son relevantes. Pero otros aspectos de su anatomía se corresponden con ejemplares de mayor envergadura, de los que descienden los humanos. Hasta este momento, el análisis que más datos a portado ha sido el del canal auditivo. Este estudio permite no solo determinar sus capacidades sensoriales sino también otros elementos relacionados como el equilibrio y la manera de moverse.

Rasgos comunes

Estos datos permiten a los científicos extrapolar otras características de esta especie. Por ejemplo, se serían más parecidos a pequeños chimpancés que a los actuales gibones. Aunque mantendrían ciertas habilidades de estos últimos. A partir del encuentro con Alesi se espera obtener valiosa información. Por ejemplo, a qué tipo de condiciones tuvo que adaptarse y cómo se fue determinando el proceso evolutivo. Pero los científicos ya saben que, en un periodo de tiempo tan lejano, ya había ciertos aspectos que se fueron transmitiendo de especie en especie hasta llegar al hombre actual.