No es exactamente otro portazo de Trump. La directora general de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), Irina Bokova, anunciaba el pasado 12 de ostubre que Estados Unidos había decidido retirarse de la organización junto con Israel, pero el país había suspendido ya en 2011, bajo el mandato del presidente Obama, el pago de gran parte de sus contribuciones, como reacción a la entrada en el organismo de Palestina, como miembro de pleno derecho.

No es la primera vez que se va Estados Unidos

Estados Unidos e Israel no son los primeros países en retirarse de esta agencia de las Naciones Unidas. Sudáfrica, por ejemplo, también salió durante más de tres décadas, acusando a la organización de injerir en sus problemas raciales; solo volvió por iniciativa del entonces presidente Nelson Mandela. Ni siquiera es la primera vez que se marcha Estados Unidos. Ronald Reagan (1981-1989) ya le dijo adiós al ente en 1984, en plena Guerra Fría, por considerar que se había politizado y era hostil a "las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente contra el libre mercado y la libertad de prensa", declaró la Casa Blanca. Washington decidiría reintegrarse en la organización en 2003, bajo el mandato de George W. Bush, y por la puerta grande: pasó a financiar el 22 % del presupuesto de la Unesco, posicionándose como el país que más aportaba, seguido de Japón (9,6 %) y China (7 %). Lo hacía aún por los efectos de los atentados del 11S.

Fue uno de sus padres fundadores

Lo curioso de Estados Unidos es que fue uno de los países fundadores de la organización, nacida en 1942 con el impulso de los gobiernos de los estados europeos que combatían a los nazis y a sus aliados. Fueron cuarenta y cuatro los que acordaron la creación de este organismo centrado en la promoción y la protección de la educación, la cultura y la paz, entendidos como antídotos para evitar el estallido de otro conflicto de las características del que dejaban atrás. Hoy, la Unesco impulsa programas por todo el mundo, con el objetivo de mejorar el acceso a la educación, reducir las desigualdades o promover los avances científicos y la libertad de expresión.

Pero su existencia no está exenta de controversia, se cuestiona su verdadera utilidad

La situación en la que queda la UNESCO no es buena. La marcha de Estados Unidos es una estocada en su línea de flotación, ya que lleva tiempo viendo menguar su presupuesto y aumentar su deuda. "En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que Estados Unidos se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos", ha señalado Bokova.