16Una nueva oportunidad. La enésima última oportunidad. Una nueva reunión para salvar el planeta. Perdón para salvarnos a nosotros mismos, no seamos tan vanidosos de pensar que podemos hacerle algo al planeta más que perjudicarnos a nosotros mismos.

David contra Goliat

Esta semana ha comenzado en Bonn, Alemania, la reunión COP23. La Cumbre por el Clima que auspicia Naciones Unidas. Hasta el 17 de noviembre, 200 naciones tratan de consensuar una agenda conjunta para mantener las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero establecidas en los Acuerdos de París. Es, de hecho, la segunda reunión de este tipo desde la firma de aquel pacto. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces. Una de ellas, quizá la más relevante, es el relevo en la presidencia de Estados Unidos. La llegada de Trump ha supuesto un cambio en la actitud del país hacia el cambio climático, en contraposición con el impulso de la administración Obama. Es como muchos han apuntado, una lucha de David contra Goliat. En este caso, el pequeño resistente es el archipiélago de Fidji que en principio iba a acoger las reuniones. Este grupo de islas es uno de los principales implicados y preocupados por el alza de las temperaturas. La subida del nivel del mar puede sumergir gran parte de su territorio en los próximos años.

La implicación humana

Uno de los ejes de las conversaciones, además de la reducción de emisiones, será la afectación que el proceso puede tener sobre las poblaciones humanas. Y la creación de mecanismo de compensación para aquellas comunidades que vean necesario trasladarse o cambiar sus medios de vida como consecuencia del cambio climático. Pero enfrente van a tener a Estados Unidos. El gobierno de Trump ha decidido abandonar los Acuerdos de París y reducir la financiación de los programas de emisiones cero a la mínima expresión. Aunque estas decisiones no serán efectivas hasta 2020 y por ello, los delegados mantienen la presión para conseguir la implicación de uno de los principales emisores de todo el mundo.