Barcelona es una ciudad grande. Una ciudad que ha nacido para ser algo más que una ciudad. Un lugar que lleva cientos de años inspirando a pintores, a arquitectos a escultores, a músicos. A cada ciudadano. Y cada persona que la visita.

Barcelona y sus rincones

Barcelona es una ciudad en el que la gente siempre tiene algo que hacer. Una ciudad en el que todo el mundo se mueve de un lado para otro. Pero lo hace en coche, en bici, en patinete. De cualquier manera, siempre en movimiento. Barcelona es una ciudad en la que nadie es extranjero. Una ciudad que, aunque a alguien le pese, acoge a millones de personas. Un lugar que ha cedido algunos espacios a los turistas. Porque aún conserva rincones a los que solo los conocedores saben llegar. Barcelona es una ciudad que se redescubrió a sí misma gracias a unos Juegos Olímpicos. Que de pronto se dio cuenta de que daba al mar. Y se volcó. En los Juegos y en el mar. Barcelona es una ciudad de gente seria y formal que sabe cuando ser divertida y alocada. En Barcelona vas a encontrar lo último en moda, en música, en arte, en cualquier tendencia que puedas imaginar. Para Barcelona mañana es hoy. Porque mira al futuro a través de sus gafas de pasta.

Barcelona no cederá

Barcelona es una ciudad que no se va a doblegar. Que no va dejar de sonreír a los visitantes. Que no va a renegar de sus barrios multiétnicos. Que no va a ceder a ningún chantaje porque ya los ha vivido. Barcelona es una ciudad que vivirá su duelo. Que lamentará sus muertos y su mala suerte. Y dentro de unos días, volverá a mirar a ese Sol que se alza en el mar. Y seguirá siendo el espacio de convivencia y modernidad que siempre ha sido. Sin dar un paso atrás. Sin ceder ni un centímetro. Como cada día.