Algo que va mal siempre es susceptible de empeorar. No es un argumento muy optimista, pero desgraciadamente es real. Entonces, ¿qué nos espera bajo la administración Trump? Si conocemos datos de gobiernos que, en principio eran más progresistas, y nos escandalizamos, ¿qué puede hacer Trump que sea incluso peor? Mientras lo comprobamos, hemos conocido que Estados Unidos ha estado enviando miles de millones de ayuda exterior a países muy desarrollados.

Ayudas al desarrollo para Israel

La web especializada en datos How Much ha desgranado el destino de los aproximadamente 35.000 millones de dólares que Estados Unidos destinó en 2014 a ayudas a países extranjeros. 140 países, prácticamente todas las naciones del globo, han recibido parte de ese dinero. Lo relevante es cómo se produce ese reparto. El país que más dinero recibió ese año fue Israel. Nada menos que 3.100 millones de dólares acabaron en la nación hebrea. El siguiente país beneficiado fue Egipto, con 1.500 millones, Afganistán con 1.100 millones, Jordania con 1.000 millones y Pakistán con 933 millones. Es curioso comprobar cómo, de los integrantes de esta lista, tanto Egipto como Jordania son los dos únicos países de Oriente Medio que mantienen relaciones con Israel. El mismo interés político parece estar detrás de las concesiones a Afganistán o Pakistán.

Financiación militar

Pero peor es incluso el destino de estas ayudas al desarrollo una vez entregadas. El propio portal de Ayuda Exterior del gobierno norteamericano admite que tanto Israel como Egipto destinaron este dinero a financiar sus programas militares. Afganistán, Jordania y Pakistán sí que realizaron planes de desarrollo económico con el dinero norteamericano.

20% a Oriente Medio, 7% a América Latina

Según esta misma fuente oficial, el gasto militar fue el destino del 17% de las ayudas de Estados Unidos a países extranjeros. Los programas de salud obtuvieron un 24%, el 13% a estímulos a la economía. De toda la ayuda al desarrollo de Estados Unidos, el continente que más ha recibido es África con un 20%. Es decir, exactamente la misma cantidad que las naciones de Oriente Próximo. Destaca también la escasa implicación con America Latina que tan solo ha recibido un 7%.