Hace 50 años se terminó el rock. Y el pop. Y la música de fusión y la electrónica. Cualquier tipo de música de esa que consideramos popular. Hace exactamente 50 años salió a la venta Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, Sgt. Peppers para los amigos, y ahí acabó todo. Desde entonces, la música es una mera repetición de aquella fórmula. Con distintos tonos, instrumentos, técnicas y cadencias. Pero no hay nota en los discos de los últimos 50 años que no puedan encontrarse en Sgt. Peppers.

Mejor disco de la Historia

Hasta qué punto eran conscientes Los Beatles de lo que iba a significar su obra mientras la grababan en 1967 es una incógnita. Lo que significa 50 años después está fuera de toda duda. Nombrado mejor álbum de la Historia en cada lista que se elabora, el octavo trabajo de los cuatro de Liverpool es una joya de esas que el género humano produce de cuando en cuando. Los Beatles ya eran el grupo de más éxito en el mundo. Y ya habían iniciado la senda de la experimentación, abandonando el rock y el R&B por un sonido más ecléctico e inclasificable. Un tanto cansados de ser perseguidos por hordas de fans, cuenta la leyenda, es decir, cuenta Paul McCartney, que a Paul McCartney se le ocurrió hacer desaparecer a la banda bajo un nombre falso e identidades inventadas. Para ese trabajo serían la Banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. De la adjudicación de personalidades solo se conserva la que le correspondía a Ringo Starr, Billy Shears.

Un día en la vida

El intento de disco conceptual se quedó en dos canciones. Tres si contamos Lucy in The Sky With Diamonds. Cuatro si sumamos el reprise de la canción que abre el disco. Pero lo cierto es que el resto del grupo enseguida abandonó el entusiasmo inicial de Paul y se dedicaron a poner lo mejor de cada uno en los surcos. El insólito misticismo hindú de Harrison en Within You Without You, la voz clave de Starr en With a Little Help y John Lennon. Lennon brilló a la altura de mito durante toda la grabación. La citada Lucy, Being for the Benefit of Mr Kite! que sacó del poster de un circo y, por fin, la mejor canción de la Historia en el mejor disco de la Historia. Esa mezcla extraña y perfecta entre la personalidad reflexiva y observadora de Lennon y el análisis social y cañí de McCartney. Este tema que empieza de la nada, como quien lee un periódico en la mañana y acaba en los confines del Universo y del ser humano. A day in the life. Una canción por la que han pasado 50 años y ni un solo día.