A las 10:00 horas finaliza el plazo para la respuesta de Carles Puigdemont al requerimiento del Gobierno central de si ha proclamado la independencia de Cataluña. Si la respuesta es ambigüa o sí, salvo que la revoque, el Ejecutivo de Mariano Rajoy está dispuesto a aplicar el artículo 155 de la Constitución, con el apoyo de Psoe y Ciudadanos. Si eso pasa, Puigdemont proclamaria la declaración unilateral de independencia (DUI).
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados, ha insistido en reclamar un referéndum pactado para Cataluña. A minutos de que se conozca la respuesta de Puigdemont, ha reclamado "bomberos" al frente de la crisis territorial y no "pirómanos".
La CUP ha llamado a los estudiantes a movilizarse a los 12:00 horas para pedir la libertad de los Jordis. Esta tarde ha convocado otra concentración frente a la delegación de Gobierno en Barcelona.
Avui dijous 12h, mobilització estudiantil per la República i la llibertat dels presos polítics. Sortides Montilivi i Barri Vell @SepcUdG pic.twitter.com/DNY0Sgg1wA
— CUP-Crida per Girona (@CUPGirona) 19 de octubre de 2017
Aturem la repressió! Sortim al carrer #sensepor a cridar #RepúblicaAra #LlibertatJordis pic.twitter.com/vnnQTmQdsL
— CUP #Independència (@cupnacional) 19 de octubre de 2017
El diario 'La Vanguardia' publica este jueves un contundente editorial en el que reclama a Carles Puigdemont que deponga su actitud de seguir adelante con la DUI y advierte incluso del precio que tendría que pagar Cataluña si prosigue en su deriva de activista del independentismo:
"Desde la óptica del independentismo expeditivo, estos peligros no son tales, sino una consecuencia lógica del proceso. No debe darse –opinan– un paso atrás, porque el logro de la independencia es un fin superior en cuyo altar deben realizarse todo tipo de sacrificios. Incluido el de la convivencia. Y quien sabe si el de algunas vidas. Nuestro punto de vista es, por supuesto, otro. Creemos que Puigdemont ha ido ya muy lejos en su lucha por la independencia, más que ninguno de sus antecesores, así como en su desafío al Estado. Para un activista, la única actitud digna de consideración quizá sea la de seguir adelante, aunque eso suponga asumir graves riesgos. En cambio, para un político conocedor de sus obligaciones con todos los ciudadanos lo prioritario es conservar el bienestar colectivo. En este afán, Puigdemont no estaría solo. Hay mucha gente en su partido, e incluso entre independentistas de otra filiación, que en la actual coyuntura preferiría asistir al triunfo del buen juicio y la prudencia sobre la temeridad. Y no al revés. Estos sectores no valoran la prudencia como una derrota, aunque pueda parecerlo a corto plazo, sino como una victoria potencial a medio y largo plazo. Permitiría conservar un buen margen de maniobra. Contribuiría a la salvaguarda de las instituciones. Y nos acercaría a una solución negociada, la única deseable y merecedora de ese nombre. Puigdemont debe reconocer que no hay dignidad en el suicidio colectivo, y menos cuando lo decide uno y lo sufren todos".
Concluye el editorial advirtiendo de que si "opta por picar espuelas y seguir al galope, se acercará pronto a un horizonte negro". En este sentido, apela a la "responsabilidad histórica" de Puigdemont para evitar el 155, que supondría la supensión de la autonomía catalana, "que goza de libertads sin precedentes".
Si el presidente de la Generalitat opta por picar espuelas y seguir al galope, se acercará pronto a un horizonte negro, bien definido. Lo describíamos en nuestra edición de ayer: antes de una semana, cuando el Senado haya visado el 155, la autonomía catalana –que goza de libertades sin precedentes– será suspendida, se verá despojada de sus competencias, se disolverá el Govern y los ministerios asumirán sus facultades. Así será por un periodo todavía indefinido, hasta que el poder central estime conveniente convocar, a su vez, elecciones. En suma, los catalanes dependemos de Puigdemont, enfrentado hoy a una responsabilidad histórica.
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha llegado a la sede del Govern de la Generalitat en Barcelona, pero aún no ha respondido al último requerimiento del Gobierno de Mariano Rajoy para aclarar si ha declarado o no la independencia de Cataluña. El presidente catalán está reunido con todos sus consellers. Nadie sabe qué responderá al Gobierno. Quedan 23 minutos para agotar el plazo.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, participa en los diálogos de AmChamSpain, donde ha apostado por formar gobierno en Cataluña si hay elecciones y los contrarios a la independencia consiguen "un solo escaño más" que los independentistas. "Vamos a sumar fuerzas y después de las elecciones hay que formar gobierno", ha dicho. "No nos perdonará la historia de España. Nosotros lo tenemos claro, habría que preguntar a Iceta y los demás si lo tienen tan claro".
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ya ha respondido al Gobierno de Mariano Rajoy con una carta a la que ha accedido en exclusiva La Sexta. En ella, reconocé que el pasado día 10 de octubre dejó "en suspenso los efectos de ese mandato popular" del referéndum del 1 de octubre y reconoce que el Parlament no votó la declaración de independencia. Pero amenaza con que, si el Gobierno de Rajoy continúa "con el no diálogo y la represión", el Parlament podría ser convocado para votar la aprobación de la independencia.
El entorno de Rajoy dice que con la respuesta de Puigdemont se abre "un paréntesis" durante el que buscarán soluciones para no tener que aplicar de pleno el artículo 155 de la Constitución. Rajoy, que no tiene ganas de aplicar el artículo, según ha informado Cristina Pardo en La Sexta, esperaría hasta el próximo sábado, cuando se celebra un Consejo de Ministros extraordinario.
En su carta, Puigdemont presume que "el pueblo de Cataluña del 1-O decidió la independencia de Cataluña con un elevado número de votantes". Y señala que el porcentaje de personas que votaron a favor de la independencia fue "superior al de británicos que ha permitido iniciar el Brexit y mayor al que votó el Estatut de Cataluña" en el año 2006, que después fue podado por el Tribunal Constitucional.
Esta es la carta de Carles Puigdemont al Gobierno de Mariano Rajoy.
Carta del #president @KRLS al president @marianorajoy pic.twitter.com/xwuh8wVLme
— Govern. Generalitat (@govern) 19 de octubre de 2017
