Es una discusión frecuente si el mundo estaría mejor gobernado si fueran las mujeres las que rigieran sus destinos. De lo que no cabe duda es que el mundo sería un lugar mucho mejor si fueran los niños los que tomaran las decisiones. El caso de Zulaikha Patel es el último ejemplo.

Su pelo a lo afro

Zulaikha Patel vive en Sudáfrica, tiene 13 años y un espectacular peinado afro. Este tipo de arreglo capilar está actualmente muy de moda. Pero más allá de eso, es un peinado propio de los individuos de raza negra, como su nombre indica. Hasta aquí todo normal. La cosa se complica cuando la escuela a la que Patel acude le prohíbe llevar el pelo de esa forma. La niña, pese a su corta edad, ya es consciente de las implicaciones que esa imposición tiene. Ya es capaz de decodificar las motivaciones ocultas de esa prohibición. Y decide plantarse.

Un peinado inapropiado

La Pretoria High School for Girls especifica que las niñas deben llevar el pelo liso. Considera que el peinado natural de las alumnas negras es “inapropiado y poco aseado”. Petel y gran parte del alumnado e incluso de la población de la ciudad, considera que esa norma es racista. Y con la pequeña de 13 años al frente se lanzaron a las calles para manifestar su oposición de manera ruidosa. La imagen de Patel con las manos cruzadas ante los responsables del colegio se ha convertido ya en el icono de la protesta.

Suspensión de la norma

El resultado final ha sido que las autoridades educativas sudafricanas han suspendido la sección de las normas de régimen interno sobre el peinado de sus alumnos. Una primera victoria para Patel. Y en el fondo subyace la cuestión de que sean los propios niños los que tengan que alzarse por sus derechos. La educación el primero de ellos. Cómo niñas como Patel o Malala deben dejar aparte su infancia son para ponerse al frente de manifestaciones para defender derechos elementales.