Sin las abejas, simplemente no existiríamos. O al menos, nuestra existencia sería algo muy distinto y ni de lejos casi 8.000 millones de personas habitarían la Tierra. La razón es sencilla. Las abejas son responsables nada menos que del 95% de la polinización de los campos de cultivo. Pues aún con eso, parecemos empeñados en eliminarlas.

Matar abejas a cañonazos

La última “hazaña” contra nuestros pequeños aliados se ha dado en el condado de Dorchester, en Carolina del Sur, Estados Unidos. Después de que se detectaran cuarto casos de zika en la zona la autoridades entraron en pánico. Decidieron fumigar inmediatamente desde el aire toda la zona alrededor de una pequeña laguna. El resultado con los mosquitos que transmiten la enfermedad no está claro todavía. Pero en lo que sí ha sido efectivo el rociado con pesticidas ha sido en acabar con las colonias de abejas que los apicultores explotaban en el área.

Dos millones de abejas muertas

Una de estas empresa, Flowertown Bee Farm, asegura haber perdido más de dos millones de abejas. Juanita Stanley, una de las propietarias, ha sido muy descriptiva sobre el panorama que encontró. “Es como si en la colmena hubiera caído una bomba nuclear”, sentenció. Las autoridades aseguran que advirtieron a los apicultores sobre la fumigación. Estos, en contra, denuncian que no se especificaron los medios que se iban a utilizar. Que normalmente, la laguna se pulveriza con camiones, que permiten localizar mejor las zonas de fumigación. Pero que esta vez se hizo con aviones que esparcen el pesticida por toda la zona, matando a todos los insectos en el área.

Mejor por la noche

Además, Stanley reclama el momento en el que realizó la fumigación. Lo lógico habría sido hacerlo por la noche. Entonces los mosquitos están más activos y las abejas permanecen en las colmenas. “Pero se hizo a las 8 de la mañana, cuando todas las abejas estaban fuera”, se lamenta. Lo más curioso de todo es que de los cuatro casos de zika detectados en el condado, ninguno fue contraído en la zona. Todos se diagnosticaron en personas que acababan de llegar de Brasil.