Según un estudio firmado al alimón por dos investigadores franceses, Joel Guiot, de la Universidad de Aix-Marsella, y Wolfgang Cramer, del Instituto Mediterráneo para la Biodiversidad y Ecología (IMBE), en el siglo XXII, el sur de la Península Ibérica y las Islas Baleares podrían convertirse en un desierto, por la desaparición de la vegetación mediterránea a causa del aumento de emisiones de carbono. El trabajo, publicado en la revista Science, ha utilizado datos históricos y modelos informáticos para predecir el posible impacto del cambio climático en la región mediterránea. Han examinando los cambios en el entorno del Mediterráneo experimentados durante los últimos 10.000 años, utilizando los registros de polen para medir el efecto que las temperaturas tuvieron sobre la vida vegetal.

Temperaturas 5ºC más altas

En su estudio, los investigadores han valorado tanto la peor de las situaciones posibles, evaluando situaciones con niveles de emisiones muy altos, como lo que ocurriría si se mantuvieran los cambios de temperatura dentro del objetivo del acuerdo de París sobre el cambio climático, que establece un máximo de 2ºC respecto a los niveles preindustriales. En el peor de los escenarios, para el año 2100 las temperaturas ascenderían cerca de 5ºC globalmente, lo que provocaría que los desiertos se expandieran hacia el norte a través de España y Sicilia, a juicio de los científicos. Sin embargo, incluso si las emisiones se mantienen dentro del nivel objetivo del acuerdo de París, el sur de Europa experimentaría una "sustancial" expansión de los desiertos, en una situación sin precedentes en los últimos 10.000 años. Por ello, los investigadores consideran que para preservar la vegetación dentro de los niveles actuales es necesario un objetivo de 1,5ºC en lugar del de 2ºC del acuerdo de París.