Una de las especies más amenazadas actualmente son las abejas. En su informe “El declive de las abejas” , Greenpeace advierte de que las poblaciones de este insecto disminuyeron en Europa un 25% entre 1985 y 2005, el 46% de las 68 especies de abejorros europeos están en declive y el 24% en peligro de extinción. Es más, ciertas restricciones en la UE a cuatro insecticidas se basan en recientes evidencias científicas que confirman la nocividad de estos productos para las abejas. Y es que las abejas, informa Greenpeace, son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos en todo el mundo y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las flores y se den así frutos y semillas. Y las abejas, y otros insectos como mariposas y abejorros, son los responsables de este proceso. Así, el anuncio científico de la Universidad Politécnica de Varsovia de la creación de un dron en miniatura que puede encontrar una flor, recoger su polen y transferirlo de la flor masculina a la femenina, ha sido más que bienvenido. "El pasado verano hicimos la prueba y ya tenemos la primera semilla obtenida a través de esta polinización artificial, por lo que queda demostrado que nuestro robot puede hacer casi lo mismo que las abejas reales", ha afirmado su creador, Rafal Dalewski. Para este ingeniero, el invento es una "esperanzadora alternativa" a la importante reducción de abejas a nivel mundial. Eso sí, "no pretende sustituir a los insectos, pero sí ayudar a su labor y complementarla", agrega. La Universidad de Varsovia logró crear dos prototipos de drones polinizadores, uno volador y el otro terrestres. Ambos poseen una especie de plumero que impregnan del polen que reparten a las flores. La misma institución pretende hacer funcionar los primeros modelos a partir del 2017 para luego comenzar la fabricación en serie en dos años más.