El Círculo de Bellas Artes de Madrid proyecta este fin de semana una retrospectiva y la nueva película de Pedro Costa, Caballo Dinero. Costa es uno de los mejores cineastas del mundo. Comenzó su carrera como ayudante de dirección, antes de dar el salto a la dirección con su primer largometraje, O Sangue (La sangre), en 1989. Sin embargo, sería su segunda película, Casa de Lava, en 1995, con la que comienza una ruptura tanto con la industria de cine de su país -Portugal- como con los postulados estéticos de su cine, que desarrollaría de manera más acentuada dos años después en Ossos.

Una obra antropológica

Películas que anticipan lo que haría en el año 2000 en En el cuarto de Vanda, llevando la tendencia de su ‘antropología visual’ a territorios hasta el momento no explorados por la dureza de lo narrado y por la plasticidad de sus imágenes, en lo que podríamos denominar un docu-drama. Al año siguiente realiza ¿Dónde yace tu sonrisa escondida?, excelente homenaje a Jean-Marie Straub y Danièle Hullet a partir del montaje de una de las obras maestras de la pareja, ¡Sicilia! En 2006, con Juventud en marcha, Costa lleva a cabo un cierto giro en su carrera con una película narrada en dos tiempos, pasado y presente, que conviven en un mismo plano, procedimiento que recupera en Caballo dinero, de 2014, la cual, además, está protagonizada, como aquella, por el anciano Ventura. Un díptico que conecta el pasado y  el presente de Portugal, siempre a través de unos personajes que se mueven por el barrio de Fontainhas, a quienes Costa se acerca mediante una gran empatía pero lejos del paternalismo del cine social y político más al uso. Entre medias, Costa realizó el documental Ne change rien sobre la cantante francesa Jeanne Balibar, que aunque se aleja de los temas que han vertebrado su obra, visualmente, muestran su interés de los últimos años por el claroscuro para crear imágenes de gran plasticidad.