Arquímedes estaba tomándose un baño en el instante en el que se le ocurrió su famoso principio. Este principio básico es clave en diferentes disciplinas como la ingeniería o la química. Más de dos mil años después, Keith Richards se levantó a echar un pis mañanero tarareando un melodía que le resonaba en la cabeza. Ya vestido, agarró la guitarra y de aquella melodía surgió Satisfaction ¿Qué tendrá el baño que hace que surjan de nuestras cabezas grandes ideas?

El cerebro no es multitarea

Una vez más, la ciencia viene al rescate. En este caso para explicarnos cómo funciona nuestro cerebro. Aunque estamos cansados de leer sobre sus sorprendentes capacidades, algo debe de tener cuando los humanos somos los que somos. En este caso es que nuestro cerebro no es exactamente multitarea. Cuando hacemos actividades monótonas o, sobre todo, que estamos habituados a realizar lo mismo una y otra vez, el cerebro se relaja. Digamos que entra en piloto automático. Tú prácticamente no piensas que tienes que frotarte las axilas o cepillarte los dientes. Eso hace que la corteza prefrontal del cerebro baje la guardia.

Conexión Cerebral por Defecto

Esa zona del cerebro es la encargada de la toma de decisión, de establecer los objetivos y los medios para lograrlos y del comportamiento. Es la que nos tiene estresados, en una palabra. Pero cuando deja de trabajar, libera lo que se denomina Conexión Cerebral por Defecto (DMN por sus siglas en inglés). Entonces, nuestro cerebro empieza a funcionar de otro modo. Cuando estamos en la ducha (ya no en el retrete, porque el móvil ha acabado con esa área de pensamiento) la rutina de lo que hacemos permite que otras áreas del cerebro establezcan conexiones entre sí. Que nuestros pensamientos viajes libremente, que seamos capaces de desarrollar soluciones nuevas a cuestiones que nos parecían cerradas. Es curioso si nos paramos a reflexionar sobre ello. Cuanto más nos concentramos en un problema, más lejos estamos de su solución. Es algo que las mentes creativas conocen bien. Distraerse. Dejar de pensar en ello, dedicarse a otra actividad, es lo que hace que de pronto surja la idea genial.