Desde George Washington, todos los presidentes norteamericanos han intentado dejar un legado para el futuro. En los primeros se relacionaba con la independencia, después con el papel del país en el extranjero, más tarde en el bienestar de sus ciudadanos. Obama también ha mostrado su sensibilidad con los tiempos. Con su impulso se ha creando la mayor reserva marina del planeta, el Monumento Nacional Marino Papahanaumokuakea. Para el presidente saliente, esta decisión tiene un significado aún más especial. La reserva se encuentra en Hawai, su lugar de nacimiento, aunque Donald Trump opine lo contrario.

Santuario ampliado

En realidad, la decisión de Obama es la de ampliar la zona de protección ya existente. La administración ha ensanchado el santuario marino que ya existía hasta los 1,5 millones de kilómetros cuadrados del océano Pacífico. Esto significa cuatro veces más del área protegida hasta ahora. Para hacernos una idea, se trata de una superficie que representa tres veces el tamaño de España. Esta decisión comporta la prohibición de pescar y de realizar ningún tipo de actividad extractiva en el área delimitada de la nueva reserva.

Coral negro y aves

Papahanaumokuakea abarca un grupo de islas entre las que se ha creado un gran arrecife de coral. En él viven un gran número de especies oceánicas. Destaca una colonia de coral negro que se estima que tiene más de 4.000 años. Más de 14 millones de aves marinas que anidan y crían en las islas que componen el archipiélago, así como multitud de especie de reptiles autóctonas de la zona. También es el hogar de un tipo de mono en peligro de extinción. Obama no pudo ocultar su satisfacción y su conciencia de estar dejando un gran legado. “Estamos muy, muy orgullosos de esta decisión. Dentro de 20 años, 40 años, 100 años, la gente podrá venir a este lugar y comprobar cómo se ve un espacio natural, que no está superpoblado ni destruido por los humanos", declaró. Greenpeace también ha aplaudido la decisión. “La creación de este tipo de santuarios es una poderosa herramienta para garantizar la diversidad de la vida oceánica. La prohibición de la pesca y de la extracción minera permite a las comunidades de peces contar con espacios en los que recuperar sus poblaciones. Al mismo tiempo, aumenta la resistencia de los ecosistemas marinos al impacto del cambio climático”, describió John Hocevar, director de las campañas oceánicas de Greenpeace. [caption id="attachment_5144" align="alignnone" width="550"]Imagen: NOAA Imagen: NOAA[/caption]