El mundo ha perdido el 58% de sus vertebrados (aves, mamíferos, peces y reptiles) entre 1970 y 2012, según el 'Informe Planeta Vivo 2016' publicado ayer jueves por WWF, a partir del estudio de 14.152 poblaciones de 3.076 especies de vertebrados de todo el planeta. La reducción ha incidido especialmente en los vertebrados que viven en hábitats de agua dulce como cuencas de ríos, humedales y lagos. En estos casos, el descenso de las poblaciones durante los últimos 42 años alcanza el 81%, según la ONG. Entre los vertebrados terrestres, la reducción ha sido del 38%, y entre los vertebrados marinos, del 36%.

La importancia de la reintroducción de especies

Con todo, los autores puntualizan que estos índices (que la organización denomina Índice Planeta Vivo - IPV) responden a una visión global de las especies, lo que significa que, pese a la reducción global, hay algunas especies que han incrementado sus poblaciones. Por ejemplo, algunos de los grandes vertebrados de Europa como el lince, el oso pardo o el lobo.
Además, la merma de individuos de las especies se ha reducido en algunos ámbitos gracias a las medidas de reintroducción de especies, control de la explotación de recursos marinos y rehabilitación de hábitats en algunos puntos del planeta. Eso sí, según indica el texto, la proyección de la tendencia actual a futuro señala que, de no producirse una "aceleración" de estas medidas, en 2020 el IPV alcanzará el 67%.
     

Amenazas en agricutlura, contaminación, invasión de especies

La organización también reclama que se deje de "consumir el capital natural" del planeta, lo señala como elemento clave para evitar la destrucción de las poblaciones animales y asumir un estilo de vida sostenible. Hay tres amenazas principales para las poblaciones de las distintas especies de vertebrados: una, la pérdida y degradación de sus hábitats, ligada directamente a la actividad humana a través de la eliminación, disminución o explotación de los recursos clave de sus ecosistemas. La industria alimentaria (especialmente en la agricultura destinada al consumo humano y animal) es la actividad que más influye en la reducción de la población de especies tanto a través de la destrucción de sus hábitats como mediante la "sobreexplotación" de especies en libertad, especialmente en el medio marino. Dos, otras actividades como la agricultura, la tala de árboles, el transporte, la construcción residencial, la minería y la producción energética, que constituyen también una amenaza para las demás especies de vertebrados cuando no se realizan de forma sostenible, e implican un impacto importante en las condiciones de vida necesarias para cada especie en un territorio. En tercer lugar, el informe señala la contaminación como uno de los efectos más decisivos en la reducción de la población de vertebrados, al convertir el entorno en el que viven en un "medio inadecuado para su supervivencia" o al afectar a su reproducción y a la disponibilidad de alimentos. También la invasión de especies en entornos en los que desplazan a la fauna autóctona, la profusión de enfermedades y los cambios en las temperaturas normales derivados del Cambio Climático son otras de las causas relevantes para la reducción de las poblaciones de vertebrados.