La agencia de publicidad La Despensa promueve esta iniciativa partiendo de una realidad ciertamente curiosa: Los tampones tienen el mismo IVA que el caviar.  La acción, que aún alarde creativo con fines sociales, cuenta con su microsite su perfil en Twitter, además de invitar a cualquiera a firmar la petición en Change.org. Lo original de la propuesta, sin embargo, es el concepto de economía colaborativa llevado a la reivindicación: si no consiguen su propósito, harán un pedido masivo compartido a Canadá para ahorrarse el impuesto que consideran injusto.   [embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=kYB3CKyU2Ec[/embedyt]  

De la Tasa Rosa al IVA discriminatorio

La campaña deja bien claro que el hecho de ser mujer y tener la regla no es opcional, y que por tanto, el IVA aplicable debería ser el de los productos de primera necesidad. Algo a todas luces más sorprendente que la conocida "Tasa Rosa" que denuncian los movimientos feministas consistente en aplicar un precio superior a un mismo artículo sólo por el hecho de estar orientado al público femenino. Paradigmáticas son las maquinillas de afeitar de una misma marca que al ser de color rosa y tener un packaging y publicidad propia (principio del absurdo) tienen un precio superior aunque sea idéntica en características a las "masculinas". Mientras que en este caso, podrían argumentarse razones de diferencia de costes de producción y distribución y justificarse —habría que comprobarlo caso a caso— por los diferentes costes en función de la variedad de una gama, en el caso del IVA la aplicación de la discriminación por precio está totalmente clara.