En muchas ocasiones, leer es un ejercicio de resistencia. Sin necesidad de montar una barricada y lanzar cócteles molotov, abrir un libro supone un acto de rebeldía. La capacidad para hacer temblar los cimientos de las instituciones cómodamente sentados en el sofá. De eso va la Banned Book Week que se celebra estos días en Estados Unidos.

Libreros contra la censura

Banned Book Week es una iniciativa de una coalición de varios estamentos relacionados con los libros. Destacan la Asociación de Libreros Americanos y el apoyo de editoriales como Penguin Random House. Su objetivo es potenciar el derecho a leer cualquier obra y llamar la atención sobre la censura. Algo que parece superado en las sociedades occidentales, pero que está bien presente cada día.

11.300 libros prohibidos

La asociación se creó en 1982 y desde entonces ha detectado la prohibición en escuelas, librerías, bibliotecas o instituciones oficiales de más de 11.300 libros. Títulos que van desde 50 Sombras de Grey por su sexualidad explícita a El curioso incidente del perro a medianoche por su lenguaje ofensivo o su punto de vista sobre la religión.

Lucha. Lee un libro prohibido

Banned Books anima a leer estos libros como un acto de rebeldía. De contestación ante las mentes que pretenden recortar la cultura en función de sus intereses. Dedicar esta semana a recuperar novelas que fueron vetadas por razones absurdas. Las aventuras de Huckleberry Finn, La autobiografía de Malcolm X, El guardián entre el centeno, Hojas de hierba. Obras maestras que pusieron a prueba la moral de su época. Además de llamar a los ciudadanos a defender la Primera Enmienda de la Constitución Norteamericana, la semana está llena de actos. En muchas ciudades del país se ha organizados lecturas públicas de esos libros perseguidos. También hay una lectura virtual en el canal de YouTube de la asociación de libreros.