Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de Walt Disney. Recordémoslo con una extraordinaria ópera, disponible en Filmin, en la que el compositor de música minimalista Philip Glass, uno de los grandes de la escena actual, reflejó los últimos días de este legendario y controvertido símbolo de la cultura estadounidense inspirándose en la novela The Perfect American, de alguien que fue su empleado y a quien despidió, Peter Stephan Jungk (el libro lo editó en español por la editorial Turner). La obra fue un encargo de la Ópera de Nueva York para la temporada 2012 - 2013, y se convirtió en la número 24 del artista. Se trata de una mirada desmitificadora del considerado padre de la fantasía moderna. Una fabulación, con mezcla de admiración y animadversión, sobre los últimos meses de vida del creador de Mickey Mouse, que recuerda también momentos de su fascinante vida y de la historia de su país.

¿Un ejemplo americano?

Porque Walt Disney representó el mito del americano hecho a sí mismo. Stephan Jungk, que afirma que lo contrató y despidió arbitrariamente. Indica que se decía ante el espejo: “Soy un líder, soy un pionero, soy uno de los grandes hombres de mi época”.  El autor sigue la pista de su día a día para narrar su biografía. Así describe el proceso: “A él dedico mi pensamiento cuando no puedo dormir por las noches. Desde que apareció en mi despacho y me notificó el despido, me desvelo muy a menudo. Echo la vista atrás y contemplo la historia de su vida, como si me fuera más próxima y familiar que la mía propia… Treinta años después de nuestro último encuentro, le sigo dedicando mi primer pensamiento cuando me levanto y el último cuando me voy a la cama…”. Tanto el libro como la ópera dan una imagen de Walt Disney que hasta ahora nunca se había dado, quizá incluso exagerada. Da una idea de la complejidad de la persona y el personaje de Disney, y subraya su ideología conservadora y la gran importancia de lo que supuso para el cine y la cultura con su capacidad visionaria y sus enormes aportaciones estéticas.