Y así, poco a poco, los científicos van descubriendo la causa de esas pequeñas diferencias que nos separan de nuestros primos. Todo aquello que es común en el resto de mamíferos, pero que no existe en el ser humano. No solo la bipedestación o el pulgar oponible. También la peculiar distribución capilar humana, por ejemplo. O, como ahora, porqué los hombres del género carecen de hueso en el pene.

Mamíferos con hueso en el pene

Resulta que casi todas las especies de mamífero tienen un hueso en el pene. Menos el hombre. Este apéndice óseo, llamado báculo, se desarrolló hace 145 millones de años. Es decir, estaba presente en el ancestro común de primates y carnívoros. Por eso chimpancés, osos, lobos y mayoría de mamíferos lo tienen. Pero el hombre, no. La función de este hueso es el de prolongar la cópula. En aquellas especies que no son monógamas, el macho ha de garantizar que es su esperma el que fecunda el óvulo. Por tanto, literalmente se “engancha” a la hembra durante minutos, hasta que es seguro que no será el macho que copule después con la misma hembra el que la fecunde. Esta es la función de ese pequeño hueso. Prologar el tiempo de cópula, el tiempo que el pene se mantiene dentro del útero.

Cópulas de entre 2 y 3 minutos

Pero, según los científicos de la Royal Society eso es algo que el macho humano no necesita. O mejor dicho, dejó de necesitar cuando la crianza de los bebés obligó a relaciones monógamas. Así, la cópula del ser humano está entre las más cortas de todos los mamíferos (ejem). Los científicos estiman que entre dos y tres minutos (ejem, ejem). El hecho de que la competencia sexual sea prácticamente inexistente en los humanos desde hace al menos 1,3 millones de años, hizo que este hueso dejar de tener función. Y poco a poco, fue desapareciendo. También seguramente por selección natural. Al preferir las hembras copular con aquellos machos humanos que “no se enganchaban”. Aunque quizá, un acto sexual de dos o tres minutos de media sea llevar las cosas un poco lejos.