La Universidad Complutense de Madrid ha participado en una investigación de huevos de dos especies de gaviotas que habitan en las Islas Chafarinas que revela la presencia de contaminantes orgánicos que les transmiten las madres a los embriones a través de la alimentación. El estudio, dirigido por el Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), señala que compuestos químicos como los pesticidas e insecticidas, denominadas contaminantes orgánicos persistentes, se pueden transmitir por el mar.

Distintas especies, distinta alimentación

Para el análisis, durante el año 2007, los científicos recogieron en las Chafarinas diecinueve huevos de gaviota de Audouin (Larus audouinii) y dieciocho de patiamarilla (Larus michahellis). En todos ellos analizaron tres grupos de compuestos: dioxinas y furanos (PCDD/F), policlorobifenilos (PCB) y polibromodifenil éteres (PBDE). Además, estudiaron isótopos para determinar la fuente de alimento que habían aportado esos contaminantes y el origen marino o terrestre de los nutrientes. Las patiamarillas registraron niveles altos de elementos tóxicos como el cloro o el bromo, muy comunes en los residuos de los vertederos de los que se alimentan. Por su parte, las Audouin, que comen pescado del mar, presentaron mayor proporción de PCB y PBDE, más habituales en los recursos marinos.

Peligro en la viabilidad del huevo

La forma de alimentación es distinta en cada tipo de gaviota. “Mientras que las patiamarillas son depredadoras oportunistas, que pueden comer desde presas vivas hasta carroña o basura en las zonas costeras, las Audouin son mucho más selectivas y se alimentan de descartes pesqueros o peces pescados por ellas en alta mar”, explica José Ignacio Aguirre, investigador del departamento de Zoología y Antropología Física de la UCM y coautor del estudio, publicado en Environmental Pollution.  “El efecto más inmediato puede ser la no viabilidad del huevo, produciendo la muerte del embrión antes del nacimiento”, advierte el zoólogo. “La gaviota de Audouin está actualmente catalogada como vulnerable, por lo que la pérdida o disminución de sus ejemplares puede tener repercusiones serias para la especie”. El documento señala también que la presencia prolongada de las sustancias tóxicas afecta al desarrollo de las aves. Otros daños están relacionados con la interacción de estos compuestos con rutas metabólicas, generalmente relacionadas con las enzimas y daños orgánicos por acumulación, sobre todo en el hígado y en el cerebro.