Quinta entrega sobre Jason Bourne, cuarta con Matt Damon. Y esta edición de una de las mejores sagas del género de los últimos años, es de las buenas, con espectaculares escenas de acción y una sólida trama internacional vinculada al ciberespionaje, en la que se ve envuelta el torturado detective. Un argumento que a todos nos suena cercano, actual y atemorizador, con referencias expresas a Snowden o al debate sin resolver de Libertad vs Seguridad que obsesiona en esta era al mundo Occidental, y en especial a Estados Unidos, así como a las peleas por el control del Big Data entre el gran gigante americano y Oriente Medio. Una vez más, el cine adelantándose a los conflictos del futuro, a los basados en el dominio de la información.  

Como en las películas de Bond, mantiene el periplo por todo el mundo

Entre las novedades de esta ocasión, la interpretación de Tommy Lee Jones y Alicia Vikander en el bando enemigo: la CIA. A la dirección, de nuevo Paul Greengrass (Capitán Phillips, United 93), recuperando su mejor saber hacer y su precisión  y complejidad tras la cámara. Como recurso conocido, la película nos hace girar una vez más por varios países. Empezando por la plaza Sintagma de una Grecia en la vorágine de las protestas populares derivadas de las fricciones con la Unión Europeo por el rescate económico, escenas que en realidad se rodarán en la española isla de Tenerife. Después, iremos a Berlín, Londres, Beirut, Washington, Reikiavik o Las Vegas. El útlimo tramo de la película es memorable. https://www.youtube.com/watch?v=F4gJsKZvqE4