Resulta paradigmático que la superviviencia de las ballenas, que llevan sobre la Tierra miles de años, que no tienen depredadores naturales y que pesan varias toneladas, dependan de un puñado de ejecutivos que en octubre se reunirán en una sala de Eslovenia. Pero así están las cosas.

66 reunión de la CBI

Del 20 al 28 de de octubre, se celebra en la ciudad de eslovena de Portonoz la 66 reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI o IWC en sus siglas en inglés). La CBI se creó en 1946 para velar por la conservación de las poblaciones de ballenas. Pero también para “posibilitar el desarrollo ordenado de la industria ballenera”, valga el oxímoron. La CBI revisa y examina las medidas establecidas en el Reglamento de la Convención Internacional de la Pesca de la Ballena. Toda esta burocracia y multiplicidad de oficinas y cargos, lo que quiere decir es que la CBI propone las medidas para salvar a las ballenas.

Medidas para salvar las ballenas

Medidas como la creación de santuarios, la limitación de capturas para ciertas especies y tamaños o las moratorias temporales para la caza. Además, prohíbe expresamente la captura de crías lactantes y hembras acompañadas de cachorros. Toda la historia de esta institución ha sido una lucha entre los países que quieren proteger las ballenas y aquellos que cuenta con una fuerte industria ballenera. La última de estas batallas es la que se libra el próximo octubre.

Santuario Atlántico Sur

Argentina, Brasil, Uruguay, Sudáfrica y Gabón pretender crear un santuario para cetáceos en el Atlántico Sur. Entre otras motivaciones están la explotación turística que estos animales garantiza. En el Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado en Hawai hace unos días se pusieron las bases de la petición formal de estos países a la CBI. A la zaga ha ido Greenpeace que ha iniciado una campaña para lograr la aprobación del santuario. Se trata de conseguir un amplio consenso. De que no suceda como el año pasado cuando la propuesta se rechazó. Del 75% de votos a favor necesarios, se obtuvo el 69%. Las mayorías simples tampoco cuentan aquí.

En contra

En frente, los países balleneros. Aquellos que defienden la caza de cetáceos hasta el final. Y a la cabeza, Japón y su programa de “investigación científica”. El eufemismo nipón para continuar con la captura de ballenas en cualquier océano en cualquier momento. También Noruega, que reinició las capturas en 1993, e Islandia que en 2003 cazó más de 500 ejemplares.