Lleva poco entre nosotros, pero ya ha dado pie a muchos lugares comunes. El más extendido es ese de una conversación, una comida, una clase o una reunión saboteada por él. Por el teléfono móvil. En realidad no es el dispositivo, si no el poseedor el que, encorvado como un monje, no aparta la vista del móvil, pasando del entorno y de la gente que está físicamente a su lado.

DistractaGone. Un candado digital

La cosa está llegando a unos límites que iniciativas como esta se vuelve rápidamente viral. El DistractaGone es una simple caja. Pero con algo muy importante. Un candado. Digital en este caso, pero eso da igual. En ella se introducen hasta cuatro móviles durante una comida o una reunión. Y se programa el tiempo que va a durar, más o menos. Después se cierra. Y no puede volver a abrirse hasta transcurrido ese tiempo. Es de desear que los poseedores, antes de meterlos, les hayan quitado el sonido, eso sí.

Una cuestión mental

En principio bastaría la educación y el sentido común para que dispositivos como este no tuvieran sentido. Pero todos sabemos que no es así, ni de lejos. Por eso surgen soluciones que parten no solo un desarrollo tecnológico. Realmente hace referencia a procesos mentales. Estamos dispuestos a aceptar un esfuerzo siempre que veamos que todos los que nos rodean se implican de igual modo. DistractaGone es un proyecto que busca financiación en el popular portal de crowdfunding, Kickstarter. De momento su éxito en redes sociales no se ha visto reflejado en un ascenso de la recaudación, como suele suceder. Al final resulta que a todos nos hace mucha gracia pero no estamos dispuestos a despojarnos de nuestro móvil por un tiempo determinado. Es que ya sabes, qué pasa si hay una urgencia. [embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=YvS1dgmddqU[/embedyt]