Nos han dicho tantas veces que los países nórdicos son el modelo que tenemos que seguir que hemos llegado a creerlo. En convivencia, en educación, en servicios sociales y también en protección medioambiental. Pero la noticia de que Noruega va a acabar con casi toda su población de lobos parece desmentir todo lo anterior.

Morirán 47 de 68 lobos

Según los cálculos de las autoridades noruegas en vida salvaje, en aquel país viven en la actualidad 68 lobos salvajes. Ahora, el gobierno está planteando permitir a los cazadores acabar con 47 de estos animales. El pasado viernes se aprobó este controvertido plan. Dejar solo 19 lobos en libertad supone en la práctica acabar con esta especie en el país. Un número tan reducido de ejemplares dificulta su reproducción y garantiza que las crías sean débiles y propensas a enfermedades, debido a la consanguinidad. Según el plan, 24 ejemplares serán abatidos en las zonas designadas como hábitat del lobo, 13 en zonas cercanas y otros 10 en áreas diversas del país.

Para proteger al ganado

El gobierno escandinavo ha argumentado la decisión en la necesidad de proteger la cabaña ganadera del país. Los grupos ecologistas han protestado, lógicamente. Aducen que se trata de una medida desproporcionada y que el daño al ganado producido por el lobo es mínimo. Nina Jensen, directora ejecutiva de WWF Noruega, asegura que “es una masacre masiva. Matar al 70% de los lobos no es lo que se espera de un país que se autoerige en el campeón de las causas medioambientales”.

Un precedente

No es la primera vez que las autoridades noruegas ponen en su punto de vida a este animal. El pasado año se habilitaron 16 licencias para cazar lobos en los bosques del país. Nada menos que 16.000 cazadores presentaron su solicitud. Es el síntoma de un país en el que la caza es una tradición ancestral. Es otro de los factores que el ejecutivo noruego ha aducido para tomar esta decisión. Aunque resulte paradójico, aseguran que pretenden luchar contra la caza ilegal.