Ayer 5 concluyó en Johannesburgo la Conference of the Parties to CITES 17, más conocida como CITESCoP17. Bajo este nombre tan críptico está una de esas reuniones en las que los humanos decidimos, sentados, el futuro de esta o aquella especie animal.

Comercio de especies protegidas

En estas conferencias se trata sobre todo del mercado de especies en peligro de extinción. Ya solo describirlo es poner en marcha un inmenso oxímoron. Pero sí, así es. Comerciar con productos de animales en serio riesgo es legal según qué circunstancias. Comprar y vender, exportar e importar, huesos de tigre o aletas de tiburón no está necesariamente perseguido. Al menos hasta ahora. Porque una de las actuaciones de esta reunión ha sido la de poner precisamente los huesos de tigre a la altura del marfil. La máxima protección, la prohibición de comerciar con esta sustancia. Menor suerte ha tenido su pariente lejano, el león. El comercio con huesos de león continua permitido. Es el tipo de contradicciones que definen a una institución así.

Protección para rayas y tiburones

Otros dos especies que ha sido agraciadas en esta edición han sido las mantas rayas y tiburones blancos. También los ejemplares, enteros o en partes, ya no podrán ser objeto de comercial. Al menos legal. Y no es cosa menor. Cada año se captura cerca de una tonelada de estos animales marines. Y su comercio global reporta cerca de un millón de euros anuales. También se ha regulado de manera más estricta el comercio de guepardos. El ansía por disponer del animal terrestre más rápido en zoos y colecciones particulares estaba afectando seriamente a esta especie.

Reacciones y sanciones

Las organizaciones ecologistas han celebrado las decisiones tomadas en las conferencias. También los mensajes que se lanzaron desde las asambleas, por ejemplo el de exigir a Mozambique y Vietnam que combatan con decisión el comercio ilegal de cuerno de rinoceronte. Si no se verán sometidos a sanciones internacionales.