¿Realmente Cervantes y Shakespeare murieron el mismo día del mismo año, el 23 de abril de 1616? ¿De verdad importa? ¿O basta esa coincidencia, seguramente apócrifa, para unir de forma poética y definitiva a los dos escritores más grandes de dos de las tres lenguas hegemónicas en el mundo?

Un estandarte arrebatado a Drake

Es la premisa de la que parte la exposición aTempora que hasta el día 16 de octubre puede verse en la catedral de Sigüenza, en Guadalajara. Se trata de una muestra multitemática que parte de un objeto que une la tradición del Siglo de Oro español con la Inglaterra de Isabel I. El estandarte pirata arrebatado a Francis Drake por Sancho Bravo, soldado al mando de Alonso de Bazán, en junio de 1589, durante una batalla entre los españoles y los barcos del corsario inglés, que hostigaba a las naves de Felipe II que volvían de América.

Dos reyes y dos escritores

Este trozo de tela de 3,30 metros de ancho y casi dos de alto, recientemente restaurando, es el pretexto para establecer la relación entre la evolución cultural y la expresión de ambos Estados representados en las figuras de Felipe II y de Isabel I. Junto a el estandarte, se exhiben más de 300 objetos que muestran la vida cotidiana en la época en la que Cervantes y Shakespeare escribieron sus obras. Es la vida de estos dos autores y sobre todo su muerte, la que sirve de hilo de la exposición, aprovechando el 400 aniversario de su fallecimiento. Ambos se dan cita en la catedral de Sigüenza que recoge las obras y aporta un marco solemne a la muestra, ayudando a ambientar el recorrido y a introducir al visitante en la vida cotidiana y en los ritos del siglo XVI.   Ver galería fotográfica de la exposición Atempora.