Puede parecer una excentricidad, pero su objetivo es servir de llamada de atención sobre los niveles de contaminación en los que se mueven ciudades con graves problemas ambientales. Niveles  que no siempre son perceptibles a simple vista y sin embargo pueden resultar muy nocivos, como enfermedad silenciosa e invisible es el colesterol. Hablamos del diseño de camisetas y chaquetas que, según el nivel de CO2, partículas contaminantes y radiación que haya en el ambiente, modifican su color. Habitualmente, la suciedad de la ropa puede ser significativa de la cantidad de polución en la que nos movemos, pero la empresa Aerochromics, en colaboración con el artista y diseñador Nikolas Bentel, ha creado unas prendas más elocuentes con el fin de cambiar la manera como nos desplazamos en nuestras ciudades. Vestirse bien para vivir bien.

De blanco a negro y cara

El cambio es de blanco a negro, y lo favorece un tejido reactivo con sensores que miden el monóxido de carbón y las micropartículas del aire. Y en función del grado de contaminación que encuentre, el estampado se modifica levemente o se vuelve totalmente negro. Las prendas todavía no están disponibles para todos los bolsillos, su precio ronda los 500 dólares. Está también en desarrollo una camiseta que detectará la radioactividad, que podría ser de utilidad más inmediata habida cuenta de que, quien la vista, debería salir del sitio en el que se encuentre si su camiseta le indica que está expuesto a radioactividad. En todo caso, la firma estadounidense que produce ambos modelos tiene previsto invertir los fondos recaudados con su venta en el desarrollo de nuevas prendas y objetos de uso diario que permitan vivir mejor y de forma segura en ambientes con graves problemas ambientales. https://youtu.be/0BkNBT3iSGI