Sí. No nos da miedo. No nos da vergüenza. Lo decimos alto y claro. Nos gustan las ballenas. Y no nos gustan los plásticos en los océanos. Y desgraciadamente, nos sobran los motivos.

29 cachalotes varados

Hace unos meses, veintinueve cachalotes aparecieron varados en diferentes playas del mar del Norte. En concreto, en zonas con una muy poca profundidad, lo que en principio se reveló como la causa de que los cachalotes acabaran en la arena y murieran. Sin embargo, otro elemento puede explicar este inexplicable comportamiento. Un grupo de científicos del Wadden Sea National Park de Schleswig-Holstein realizó al necropsia de algunos de los ejemplares y sus resultados son desoladores. Muchos de los cachalotes varados tenían los estómagos llenos de plástico. En uno de ellos se encontró una red de pesca de trece metros. En otro, una pieza de setenta centímetros proveniente de un coche.

100 bolsas de plástico

Los científicos evitan establecer una relación entre la presencia de plásticos en los estómagos de los cetáceos y el hecho de que se desorienten y acaben en las playas. Pero de lo que no tienen duda alguna es de cómo esto afecta a la calidad de vida de los animales. En 2011, otro cachalote fue encontrado muerto en una playa de la isla griega de Mikonos. Su estómago estaba extraordinariamente distendido. En un principio, los veterinarios pensaron que podría deberse a que el animal había intentado tragar un calamar gigante. Pero al estudiar su interior descubrieron más de cien bolsas de plástico y otros elementos de deshecho.

El 80% del plástico, acaba en el océano

Los residuos de plástico son altamente nocivos para los cetáceos. Su forma de alimentarse los hace especialmente propensos a tragar cualquier material que flote en el mar. Las ballenas, porque ingieren grandes cantidades de agua que luego filtran con sus barbas. En el caso de los cachalotes, porque confunden las bolsas con medusas y calamares, la fuente de su alimentación. Si este hecho se cruza con que las estimaciones más pesimistas apuntan a que cerca del 80% del plástico utilizado acaba en los océanos, pinta un panorama especialmente grave para estas grandes especies.